Los mercados de deuda, orientado a maximizar la utilidad de sus inversionistas, están al acecho de cualquier señal que ofrezca el gobierno federal sobre los siete mil millones de dólares que compró la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) al Banco de México desde la semana pasada, y a una semana, el destino de los recursos es un secreto como la mítica fórmula de Coca-Cola.
En una semana de silencio absoluto por parte de la SHCP, los mercados financieros ya tomaron preocupación y elevaron el precio de la deuda de Petróleos Mexicanos (Pemex) y del gobierno federal en todos sus plazos.
El sigilo federal desató la especulación. Por ejemplo, algunos títulos de deuda Pemex, la petrolera más endeudada del mundo, se encarecieron, coincidieron en señalar dos financieros especializados en el tema. Sin embargo, resaltan que dada la diversidad de títulos de deuda, no es posible dar un incremento del costo de la deuda, aunque en algunos casos particulares algunos bonos de la empresa del Estado podrían aumentar hasta en 600 puntos base (6.0 puntos porcentuales).
La secrecía despertó dudas. Entre las opciones que se escuchan en los mercados financieros es un corte al gasto de algunas dependencias federales o la emisión de deuda.
Para conocer el destino de 136 mil 448 millones de pesos, que Hacienda intercambió por siete mil millones de dólares, ejecentral solicitó a la Secretaría de Hacienda, a través de un correo electrónico a las cuentas institucionales como a las de gmail.com, una entrevista con un funcionario para hablar del tema. Sin embargo no hubo respuesta, ni de la recepción de la solicitud. Eso a pesar de la transparencia que ensalza en todo momento el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.
La discreción informativa, dicen los expertos, contrasta con el pasado, donde en una compra similar de dólares, la SHCP en conjunto con el Banco de México (Banxico) salieron a informar el destino de los recursos. Ya transcurrió una semana desde la compra de dólares que se conoció en el boletín semanal del “estado de cuenta” de Banxico, del 14 de septiembre (con datos al 10 del mismo mes).
Un cuadro numérico y un mensaje de 73 caracteres que representa una cuarta parte de lo que permite Twitter en sus mensajes, bastaron para informar la compra-venta de dólares.
A pesar de que el equipo de Rogelio Ramírez de la O, titular de la SHCP, mantiene la secrecía, hay quien piensa que el gobierno federal sigue inyectando recursos a Pemex que es un “barril sin fondo”. Proponen que si quieren mantener a flote a la petrolera, debe haber una fuerte reestructura en la empresa del Estado que está en quiebra.
Se debe ponderar el costo de oportunidad de recomprar deuda e impulsar la reactivación real de la economía con una política contracíclica. Sin embargo, dudan que esto suceda, ya que en la comparecencia de Ramírez de la O en la Cámara de Senadores, el 13 de septiembre, mencionó los “otros datos” de López Obrador en cuanto a la “recuperación” del PIB y del consumo privado.
El PIB no lleva cuatro trimestres en recuperación, lleva uno y el consumo, después de cinco trimestres consecutivos en contracción, en el segundo trimestre de 2021 aumentó casi 23%. Sin embargo, es -3.2% inferior al cuatro trimestre de 2019 y -3.5% por debajo del cierre de 2019, el nivel que dejó Enrique Peña Nieto a López Obrador.
Pagar o no pagar
El saldo de la deuda (interna y externa) bruta del sector público federal registró un nivel máximo histórico con 13.097 billones de pesos o su equivalente a 656 mil 421 millones de dólares. Tan sólo 2021, el costo financiero de la deuda es de 723 mil 899 millones de pesos.
Ese monto alcanzaría para pagar por casi seis años el presupuesto de inversión de ocho de los proyectos prioritarios de López Obrador: 1) construcción y mantenimiento de vías de comunicación, 2) obras hidráulicas federales de la Conagua, 3) Obras del Istmo de Tehuantepec, 4) Tren Interurbano México-Toluca, 5) Espacio cultural de Los Pinos y Bosque de Chapultepec, 6) Parque Ecológico Lago de Texcoco, 7) Tren Suburbano para conectar al aeropuerto Felipe Ángeles, y 8) el Tren Maya. Para 2022, el costo financiero de la deuda propuesto para su aprobación en el Congreso es de 791 mil 464 millones de pesos, 5.4% real (eliminando inflación) más que en 2021. Como porcentaje del PIB pasaría de 2.9% a 2.8%, respectivamente.
Derivado de la peor recesión económica por la que haya pasado México, primero por las decisiones del gobierno federal, el PIB de 2019 disminuyó en tres de los cuatro trimestres. En 2020, por el coronavirus se desplomó 8.3% y el crecimiento estimado para 2021 es del orden del 6.0%, lo que es insuficiente para resarcir las caídas. La economista en Jefe del Banco Base, Gabriela Siller, señaló que “el problema de raíz es invertir en un negocio que no es rentable ni financiera, ni socialmente”
Para el coordinador del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios (LACEN) de la UNAM, José Ignacio Martínez Cortés, además de que el gobierno incurre en opacidad al no informar el destino de los dólares, también estaría reconociendo el fracaso del Plan de Negocios de Pemex de López Obrador, el cual fue presentado por el exsecretario de Hacienda, Arturo Herrera.
El economista en Jefe y director de Estudios Económicos de CitiBanamex, Adrián de la Garza, comentó “posiblemente sea una transacción que sea más sofisticada que simplemente una inyección de capital a Pemex o una recompra de bonos de Pemex o de quién sea del sector público, en el mercado secundario. Puede requerir varias semanas para hacerse más evidente lo que van a hacer”.
Desde el “anuncio” de Banxico de la compra de dólares por parte de Hacienda, De la Garza recuerda que los bonos de Pemex se encarecieron. Aunque también resaltó que si bien en promedio una emisión de Pemex es 200 a 300 puntos base mayor que una colocación del gobierno federal, los títulos de la petrolera en el mercado secundario de valores se llegan a encarecer en algunos casos hasta 300 puntos base más.
Cuando hay “especulación de que Pemex tiene un problema y va a salir a emitir deuda en algún momento porque no tiene liquidez o que perdería su grado de inversión, como ya lo perdió; entre otras cosas, tienden a hacer que los bonos de Pemex sean más baratos y que los rendimientos o que la tasa de interés asociada que exige al mercado para comprar ese bono se vuelva más caro”, agregó De la Garza.
Ese sobreprecio se puede corroborar con la información de la calificadora Moody’s. Por ejemplo, el gobierno federal con su calificación de “Baa1”, pagaría 22 mil 300 dólares por cada millón, Pemex con su “Ba3” pagaría 44 mil 400 dólares por esa misma deuda. Es decir, la petrolera paga casi el doble de intereses.
Comparando a Pemex con un emisor “Aaa”, la empresa del estado pagaría más de 310 por ciento. Esto según un cálculo realizado por ejecentral. Para Martínez Cortés, derivado del compromiso de México en el Diálogo Económico de Alto Nivel (DEAN) con Estados Unidos, debería canalizar recursos para impulsar la industria de microprocesadores en el sur del país.
Además de desarrollar la cobertura con tecnología de quinta generación (5G) en el sur-sureste para tener la infraestructura que requerirá la industria automotriz, con lo cual el gobierno de López Obrador sí estaría generando un nuevo modelo económico”.
De seguir con el apoyo a Pemex sería “un lastre para las finanzas públicas”, por lo cual debe haber “cambios estructurales en la compañía, en sus pasivos laborales o venir acompañado de acciones en otra dirección”, señaló De la Garza.