Una estimación a nivel mundial encontró que la población mexicana está entre las que menos años de vida saludable pierden debido a los distintos tipos de cáncer relacionados con riesgos identificables, en particular los asociados al medio ambiente y ocupacionales, los conductuales y los asociados a temas metabólicos.
Esto, que en principio es una buena noticia, tiene un importante inconveniente, pues “aunque algunos casos de cáncer no se pueden prevenir, los gobiernos pueden trabajar a nivel de población para apoyar un entorno que minimice la exposición a factores de riesgo de cáncer conocidos”, señalan los autores.
›De acuerdo con la investigación que se publicará mañana en la revista The Lancet, el cáncer fue en 2019 la segunda causa de muerte en todo el mundo; pero en México, de acuerdo con las estadísticas dadas a conocer a finales de julio por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), los tumores malignos se ubicaron como la tercera causa de muerte, después de las enfermedades del corazón, la Covid-19 y la diabetes mellitus.
La investigación, llevada a cabo por centenares de autores de todo el mundo, analizó las muertes por cáncer y los años de vida ajustados por discapacidad (AVAD) atribuibles a factores de riesgo a nivel mundial, regional y nacional en 2019 y evaluó las tendencias temporales desde 2010.
Así, se encontró que el 44.4% de las muertes por cáncer y el 42.0% de los AVAD por cáncer se atribuyen a los tres grandes factores de riesgo que consideraron. Estos significa que “una proporción sustancial de la carga del cáncer a nivel mundial tiene potencial para la prevención” reduciendo la exposición a factores de riesgo de cáncer conocidos.
Sin embargo, también significa “que una gran proporción de la carga del cáncer podría no ser evitable mediante el control de los factores de riesgo estimados actualmente”.
Población mexicana, en riesgo metabólico
México se encontró en los quintiles más bajos de cánceres asociados a los riesgos medioambientales (como la contaminación ambiental), ocupacionales y conductuales (donde fumar ocupa el primer lugar); pero está en el segundo quintil en lo que se refiere a los riesgos metabólicos, que sobre todo tienen que ver con la obesidad y el sobrepeso.
De hecho, mientras a nivel mundial el tabaquismo es el principal factor de riesgo para el desarrollo del cáncer tanto en hombres como en mujeres y, en consecuencia, los cánceres en tráquea, bronquios y pulmón son los que más se presentan (aunque han ido a la baja desde 2010); en México, de las 90 mil 525 defunciones por tumores malignos registradas en 2021, la mayor parte (33%) correspondieron a tumores en los órganos digestivos.
A nivel mundial, para los hombres el segundo factor de riesgo fue el consumo de alcohol y el tercero, los “riesgos dietéticos”; para las mujeres, el segundo factor fueron las relaciones sexuales sin protección y el tercero también los riesgos dietéticos.
El estudio encontró que la carga absoluta de AVAD por cáncer atribuible al riesgo total a nivel mundial “creció entre 2010 y 2019, lo que subraya una necesidad cada vez mayor de sistemas de salud en todo el mundo con capacidad para atender de manera integral a las personas con cáncer”.
También se hace énfasis en la importancia de desarrollar esfuerzos de control del cáncer y considerar estrategias de reducción de riesgos. En ese sentido, las cifras del INEGI indican lo que podría ser otra prioridad importante para México, pues los tumores en los órganos genitourinarios ocupan, con 24.4%, el segundo lugar entre las muertes por cáncer.
En México, el cáncer es la tercera causa de muerte, después de enfermedades del corazón y la diabetes.
