Con el inicio de la administración de Joe Biden en Estados Unidos, el tema migratorio ha cambiado y las familias centroamericanas que sean identificadas ya no serán enviadas a México.
Esta nueva política que viene de nuestra nación ha obligado a muchos agentes migratorios a liberar a estas familias en suelo estadounidense. Las autoridades de ese país temen que esta medida desencadene una nueva ola migratoria.
La anterior orden emitida por el gobierno que encabezaba Donald Trump, establecía que todo migrante debía ser trasladado a México, pero ahora una nueva política mexicana rige que los grupos familiares ya no serán aceptados en México, únicamente los adultos que viajan solos.
De acuerdo con una nota del periódico estadounidense The Washington Post, las autoridades estadounidenses han realizado más de 70 mil detenciones y arrestos a lo largo de la frontera con México durante cada uno de los últimos cuatro meses, uno de los periodos más activos de la última década, según las cifras y proyecciones más recientes de CBP. Pero el medio estadounidense también asegura que los totales diarios de arrestos han aumentado durante la última semana, según tres funcionarios estadounidenses, una tendencia impulsada por grupos familiares y niños.
Además, en la frontera con Estados Unidos, la política significó que las familias y los niños fueran enviados a refugios familiares específicos del gobierno, pues en algunas ciudades fronterizas, los refugios se llenaron rápidamente. Los funcionarios de inmigración mexicanos informaron a sus homólogos estadounidenses que, en esas ciudades, las familias no podían regresar a México.
En el refugio de bienestar infantil en Reynosa, México, al sur de McAllen, Texas, los funcionarios dijeron que han estado al máximo desde diciembre, aunque el límite se establece en 50 personas y con la pandemia se ha reducido a 25.