Las medidas para mejorar la seguridad vial que se han tomado en México en los últimos años han funcionado bien para los ocupantes de los vehículos; sin embargo, para los “usuarios viales vulnerables”, como peatones, ciclistas y motociclistas, los resultados no fueron tan buenos.
México, como muchos otros países, aceptó ante la ONU el compromiso de reducir la mortalidad por traumatismos causados por el tránsito (RTI, por sus siglas en inglés) en un 50% en los 10 años que van del 2011 al 2020; pero en uno de los tres estudios globales sobre seguridad vial que se publican hoy en la revista The Lancet se destaca el caso de nuestro país como de buenos resultados, aunque disparejos.
La meta se adoptó “sin mucha discusión nacional” y “hubo poca claridad sobre los métodos para evaluar el progreso y el logro de la Década de Acción para la Seguridad Vial”, señalan los autores de la investigación, entre quienes se cuenta Martha Híjar, del Instituto Nacional de Salud Pública.
Otro de las investigaciones calcula la efectividad de las medidas tomadas en cada país con base en la estimación de las vidas que salvaron en 2017.
En el caso de México, las medidas más exitosas fueron las que ayudaron a reducir el exceso de velocidad, que habría salvado 7 mil 532 vidas; fomentar el uso del cinturón de seguridad habría salvado 2 mil 395 vidas, y reducir el consumo de bebidas alcohólicas al conducir, mil 72. El uso de cascos para conductores de motocicleta y bicicleta habría salvado a 911 personas.