Los precios al consumidor en Estados Unidos se aceleraron durante marzo y alcanzaron una tasa de 8.5% anual, la mayor cifra desde diciembre de 1981. La medición quedó por arriba del 8.4%, cifra que esperaban los economistas en ese país.
La inflación actualmente está sustentada en mayor medida sobre los precios de la energía, es decir, que esta influencia afecta transversalmente su economía, todos los sectores reciben presión.
Dado que la formación del 45% del Producto Interno Bruto (PIB) de México depende del desempeño de Estados Unidos, también nos traslada efectos adversos como lo es el alza de precios, y esas consecuencias comprimen a los sectores exportadores e importadores, principalmente en los ramos industriales que son los que reciben en primera instancia esta influencia.
La semana pasada, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) informó que se tuvo una inflación de 0.99% durante marzo, la más alta para un mismo mes desde 1998, y de 7.45% anual, la mayor desde 2001. Las autoridades encargadas de la política monetaria en nuestro país no han podido frenar el alza en los precios ya que estos han sido formados por efectos en las cadenas de suministro y de producción desde sus lugares de origen, que no necesariamente es en nuestra nación.
La inflación subyacente de Estados Unidos, es decir, la que descuenta los alimentos y la energía, aumentó 6.5%, y es el aumento anual más grande desde agosto de 1982. Esta inflación es la que se considera medular en la formación de los precios en el mediano y largo plazo, la que nos indica que continuará aumentando los precios al consumidor por lo menos en unos meses más.
De acuerdo con la información del Departamento de Estadísticas Laborales, los precios de las materias primas energéticas aumentó 48.3%; la gasolina subió 48%, el combustóleo, 70%; los servicios energéticos, un 13.5%; la electricidad, 11.1%; y el gas de servicios públicos por tubería, un 21.6%, todos en términos anuales.
Además, la Oficina Laboral señaló que los vehículos usados tuvieron una importante incidencia sobre la inflación de este mes, ya que registraron un aumento de 35.3%, mientras que los automóviles nuevos subieron 12.5 por ciento.
Los resultados en los incrementos en la energía durante marzo tuvieron un gran peso por los hechos recientes en la invasión de Rusia a Ucrania, lo que encareció el mercado de energéticos en el mundo, ya que los suministros hacia a Europa se veían en riesgo por la guerra. Además de una serie de sanciones económicas que también desaceleraron los flujos y como consecuencia impactaron en los precios internacionales, aunque Estados Unidos ya anunció la liberación gradual en un lapso de seis meses de 160 millones de barriles de petróleo, decisión que alivió las cotizaciones, no obstante, los efectos inflacionarios ya están ahí.
