Los precios de las mercancías y servicios se volvieron a acelerar durante la primera mitad de enero, y ya representa la inflación más alta para una primera quincena de inicio de año desde 2001.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la inflación de la primera parte de enero fue de 7.94 %, superando el 7.82 % de diciembre y el 7.80 % de noviembre, aunque falta la otra mitad para hacerlas comparables.
Así también, la inflación subyacente, la que se considera el núcleo de la formación de precios a mediano y largo plazo, se ubicó en su mayor nivel en el mismo lapso.
El repunte se dio principalmente en los alimentos, bebidas y tabaco, los que subieron 14.09 %, casi el doble de la inflación general, lo que refleja que los bolsillos de los mexicanos están registrando un daño mayor debido a que cerca del 50 % de los ingresos va al gasto en comida, por lo que están pagando más de lo que usualmente lo hacen.
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De los genéricos: el tomate verde, los plátanos, los taquitos y tortas, así como los refrescos y los cigarros tuvieron la mayor incidencia para que los precios subieran en la primera quincena de enero, dejando atrás un relajamiento que se observó en noviembre y diciembre.
Asimismo, la información del Inegi revela que el gobierno subió precios de los energéticos (2.79 %) y las tarifas (5.57 %), abonando a la inflación de la primera quincena.
Entre tanto, los genéricos que ayudaron a que la inflación no fuera más alta de lo que se observó, fueron: el transporte aéreo (17.72 %), el chile poblano (10.76 %), y los servicios turísticos en paquete (7.82 %).
Y aunque la Profeco ha reportado una caída en los precios de las gasolinas, la de bajo octanaje fue el tercer factor de mayor incidencia en el aumento de Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), mientras que el tomate verde que fue el de mayor variación porcentual sólo representó una incidencia de 0.018 puntos porcentuales, únicamente para ejemplificar el peso de los combustibles.
Si bien la expectativa de inflación es que vaya cediendo en el tiempo y converja con una tasa objetivo del 3 % (+-1 %), al interior, los componentes de lo que un mexicano consume en mayor medida como los alimentos está deteriorando los ingresos de los hogares, lo que podría repercutir en el consumo de otros sectores al tener que desembolsar más para comer.
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