El aeropuerto de Mexicali, Baja California, está en la mira de legisladores republicanos, quienes aseguran que forma parte de las operaciones criminales para el flujo masivo de migrantes hacia Estados Unidos.
La semana pasada, tres senadores republicanos llamaron la atención en el Capitolio sobre la facilidad con la que llegan a la terminal fronteriza miles de indocumentados de más de 170 países, lo que, desde su punto de vista, atiza la crisis migratoria, de seguridad y de drogas en la frontera sur.
Con una capacidad de 18 operaciones por hora y a sólo cinco kilómetros de la frontera con Estados Unidos, el Aeropuerto Internacional General Rodolfo Sánchez Taboada trasladó en 2022 a 1.3 millones de pasajeros y sus principales conexiones al país vecino son a Los Ángeles y San Francisco.
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El pasado 23 de enero, el senador por Texas, John Cornyn, expuso ante el Congreso que en la ciudad fronteriza de Yuma, Arizona, se encontraron con migrantes que hablaban 200 idiomas, provenientes de 176 países.
“¿Cómo es eso posible? ¿De dónde viene esta gente?”, se preguntó el senador. “Pensé que todos venían de México o tal vez incluso de América Central. Pero da la casualidad de que hay una ciudad importante justo al sur de Yuma, en el norte de México, llamada Mexicali, y lo que estamos viendo son operaciones internacionales de contrabando de personas que transportan personas a Mexicali y luego aparecen en Yuma y solicitan asilo”.
Según Cornyn, “si miras tu mapa de México, verás que Mexicali es un área urbana bastante grande justo allí en la frontera con Arizona. Y la gente vuela allí. Por supuesto, tienen que pagar a los traficantes de personas, organizaciones criminales que son una red que trafican seres humanos por dinero desde cualquier parte del mundo a ese aeropuerto, y luego cruzan o caminan hasta la Patrulla Fronteriza de Yuma y solicitan asilo”.
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Dos días después, el 25 de enero, el senador republicano por Carolina del Norte, Thom Tillis, dijo que el flujo de migrantes ya no es en caravanas que llegan a pie, sino que lo hacen por aeropuerto.
“Están volando, no haciendo el viaje como mucha gente piensa de las caravanas que vienen de América Central a través de México. Vuelan a Mexicali con maletas y bolsos y toman un taxi hasta la frontera, se aseguran de que paguen el peaje y luego cruzan la frontera”, dijo con cierta ironía.
Ese mismo día, la senadora Marsha Blacknurn, por Tennessee, dijo que los cárteles que utilizan la terminal aérea de la capital bajacaliforniana para el tráfico de personas cobran entre cinco mil y 10 mil dólares para volar a Mexicali y luego cruzar la frontera.
En su ponencia, Blacknurn dijo que los traficantes de personas son organizaciones globales que ganan hasta 13 mil millones de dólares al año.
Al respecto, el senador Cornyn sostuvo que los migrantes ya no sólo son personas con carencias o que son perseguidas, sino que hasta clases medias se están infiltrando de manera clandestina.
“Hay personas con equipaje de Gucci que cruzan la frontera y solicitan asilo, sabiendo que, debido a la ruptura del proceso de asilo, serán transportados al interior de los Estados Unidos y recibirán un aviso para comparecer en una futura audiencia judicial. Pero debido al atraso de las cortes de inmigración, pasarán literalmente años antes de que se les notifica que se presenten”, expuso el republicano.