Meteorito y erupción volcánica marcan inicio del fin de semana
En Cuba se reportaron fenómenos luminosos en el cielo seguidos de una explosión; mientras que cerca de la capital de Islandia hubo ríos de lava
Con miles de kilómetros entre los territorios de ambos países, con las aguas del océano Atlántico de por medio, Cuba e Islandia presentaron este viernes una coincidencia: la manifestación de la naturaleza.
Una serie de fenómenos luminosos en el cielo seguidos de una explosión se registraron el viernes en el oriente de Cuba, según el Servicio Sismológico Nacional, que dijo que pudieron deberse a la caída de un meteorito, sin que se informara sobre personas afectadas.
A las 10:06 pm (02H06 GMT del sábado) se registraron “varios fenómenos luminosos en el cielo. Según describen las personas en el lugar se avistó una luz roja y blanca seguida por una explosión fuerte”, dijo el portal de noticias Cubadebate.
Enrique Arango Arias, Jefe del Servicio Sismológico Nacional, confirmó a este medio oficial que “por la naturaleza del fenómeno, tentativamente se produjo la caída de un meteorito”.
El fenómeno fue registrado por la estación sismológica de Moa, ubicada en la provincia de Holguín.
Un meteorito que cayó el 1 de febrero de 2019 sacudió varios municipios de la provincia de Pinar del Río en el occidente del país, sin causar pérdidas humanas ni daños materiales.
En esa ocasión las autoridades dijeron que se trató de un meteorito de tipo pétreo, que tiene una aleación de hierro y níquel, así como una gran cantidad de silicato de magnesio.
En la turística localidad de Viñales cayeron varias partículas de piedras, la más grande de entre 20 y 30 centímetros.
Lava en Islandia
Un volcán entró en erupción este viernes en Islandia a unos 40 km de la capital, Reikiavik, provocando un río de lava e iluminando el cielo con una nube roja.
Un torrente de lava manaba de una fisura en el suelo en Geldingadalur, cerca de la montaña Fagradalsfjall, según imágenes de video grabadas por un helicóptero de los guardacostas.
“La erupción comenzó en Fagradalsfjall, en Geldingadalur, en torno a las 20H45 GMT de esta noche. Se considera que la erupción es pequeña y que la fisura mide unos 500-700 metros de largo. La lava abarca menos de un km2 de tamaño”, señala en un comunicado el Servicio Meteorológico (OMI), que vigila la actividad sísmica.
“Hay poca actividad eruptiva en este sector”, añadió.
El sistema volcánico de Krysuvik, que no tiene un cráter principal, se encuentra al sur de la montaña Fagradalsfjall, en la península de Reykjanes, en el suroeste de Islandia. El lugar de la erupción se halla a unos 5 km tierra adentro.
“La Agencia Meteorológica recibió la primera notificación a las 21H40 GMT. La erupción fue confirmada por cámaras web e imágenes vía satélite”, precisó la agencia en su página web.
La policía y los guardacostas han sido enviados al lugar pero se ha recomendado a la población que no se acerque.
El aeropuerto internacional islandés de Keflavik y el pequeño puerto pesquero de Grindavik se hallan a pocos km de distancia, pero la zona está deshabitada y no se prevé que la erupción suponga un peligro.
Por el momento las autoridades no informaron de que haya caído ceniza, pero podrían producirse fragmentos de tefra (magma solidificado) y emisiones de gas.
La policía aconseja a los habitantes que viven al este del volcán que cierren las ventanas y se queden en casa debido al riesgo de contaminación por gas.
Las emisiones de gases de los volcanes, sobre todo el dióxido de azufre, pueden ser elevadas en las inmediaciones de una erupción y constituir un peligro para la salud, llegando incluso a ser mortales.
A distancia, la contaminación puede superar los límites aceptables, en función del viento. El gas “puede causar problemas y tener efectos nocivos para la salud”, advirtió la Agencia islandesa de Medio Ambiente.
Las erupciones volcánicas en la región son efusivas, es decir la mayor parte de la lava mana hacia el suelo, a diferencia de las explosivas que arrojan nubes de ceniza hacia el cielo.
El sistema volcánico de Krysuvik lleva inactivo 900 años, según la Oficina Meteorológica y la última erupción en la península de Reykjanes se remonta a casi 800 años, a 1240.