Merkel sale al rescate de Laschet, el alicaído candidato conservador
A cinco semanas de las elecciones, la canciller alemana se metió a la campaña para impulsar al abanderado de su partido que va cayendo en las encuestas
A cinco semanas de las elecciones legislativas, la canciller Angela
Merkel
brindó este sábado un firme respaldo a su “delfín” conservador Armin Laschet, quien se encuentra en declive en los sondeos, alabando sus cualidades para sucederla al frente de Alemania.
La dirigente de 67 años se implicó por primera vez en la campaña con su partido conservador, la Unión Demócrata Cristiana (CDU), e insistió en los valores de Laschet y su capacidad de “construir puentes entre la gente”.
“Siempre ha sido importante para él colocar la dignidad individual e inalienable en el centro de todo”, señaló durante un mitin en Berlín.
“Estoy profundamente convencida de que es precisamente con esta actitud que servirá a los alemanes como canciller”, añadió la dirigente conservadora, que culminará 16 años en el poder.
Merkel entra en campaña
Este respaldo llega en un momento delicado para Laschet y la UCD, que pierden fuerza en los sondeos y se ven amenazados tanto por los socialdemócratas del SPD como por los Verdes.
Hasta ahora, la canciller se había mantenido muy discreta en la campaña y había dejado campo abierto para su sucesor.
Los responsables “que ponen fin a su trabajo político deben abstenerse” de inmiscuirse en campaña. “Es mi actitud y mi profunda convicción”, insistió durante este acto con un centenar de espectadores.
El mitin fue también uno de los últimos discursos electorales de la dirigente, que después de 31 años de carrera y cuatro campañas victoriosas para la cancillería todavía goza de alta popularidad en Alemania.
El lunes, volverá a encontrarse con Armin Laschet para celebrar los 75 años de la fundación del estado regional más poblado del país, Renania del Norte-Westfalia, que su sucesor dirige desde hace cuatro años.
La formación conservadora y su hermana bávara, la CSU, cuenta con una intención de voto del 22-23%, contra alrededor del 30% hace unas semanas y el 36% a principios de año.
Laschet arremetió contra sus dos principales rivales, socialdemócratas y ecologistas, asegurando querer “luchar con todo para que este país no sea dirigido por ideólogos”.
Su partido conservador “quiere gobernar no porque tenga ganas de gobernar sino porque debemos gobernar para que Alemania siga por el buen camino”, dijo.
El ascenso socialdemócrata
Los socialdemócratas del SPD les pisan los talones, liderados por el ministro de Finanzas Olaf Scholz.
Este partido omnipresente en la política alemana después de la guerra está protagonizando una remontada sorpresa con 21% de intención de voto.
En cambio, el fenómeno del partido ecologista de Los Verdes parece desinflarse y ahora obtienen un 17% de la intención de voto cuando en abril, tras anunciarse su candidata Annalena Baerbock, llegaron a superar a los conservadores.
Aunque su perfil sea de líder poco carismático y pobre orador, Scholz supo construir una imagen de competencia ante los electores mientras Laschet y Baerbock multiplicaban sus errores.
La mala gestión de las inundaciones mortíferas de julio, que afectaron duramente la región que dirige Laschet, aceleraron su caída y el ascenso de los socialdemócratas.
Para colmo, el candidato conservador, que ni siquiera generaba unanimidad en su partido, fue grabado hilarante en un acto recordando a las víctimas de las inundaciones. A cinco semanas de un escrutinio con repercusiones en toda Europa, algunos de su propio partido reclaman que retire su candidatura.
Elegido en enero al frente de la CDU, Laschet, de 60 años, sufrió para imponerse como cabeza de lista de la CDU-CSU a su rival bávaro Markus Söder.
“Armin, puedes contar con mi apoyo, te lo digo con toda honestidad”, le dijo Söder este sábado en Berlín.
Pero también lanzó la sirena de alarma, señalando que la tendencia actual era “clara”.
“Será muy ajustado y todo el mundo debe entender” que es a todo o nada, dijo. “No tengo nada de ganas de ir a la oposición”, aseguró.