“Merkel desterró la idea de Alemania como una nación de culpas”
En entrevista, Christina Mendoza Weber, coautora de la primera biografía en español de la canciller alemana, asegura que su liderazgo está basado en la búsqueda de consensos, antes que en hacer realidad sus propios intereses
Ya sin la agobiante tarea de gobernar, es probable que en los próximos meses Angela Merkel se calce una botas, se ponga sobre los hombros la mochila de exploradora y viaje a América Latina para seguir los pasos de Alexander von Humboldt.
“La canciller ha dicho que algún día quiere seguir los pasos del científico Alexander von Humboldt, hacer largas excursiones y seguir la ruta de la Cordillera de los Andes”, comenta Christina Mendoza Weber, coautora de “Angela Merkel - La física del poder”, primera biografía en español de la mujer que hoy comienza a despedirse del gobierno alemán, después de 16 años de gestión.
En entrevista para ejecentral, Weber —de nacionalidad colombiana y radicada en Berlín desde hace años— describe a Merkel como la mujer que llegó a convertirse en una de las mujeres más poderosas del mundo “sin mayores protectores que sus conocimientos y su astucia”.
Hoy, cuando los alemanes van a las urnas para elegir a un nuevo gobierno, la colaboradora del canal alemán Deutsche Welle destaca que uno de los mayores atributos de Merkel es “desterrar del imaginario mundial a Alemania como una nación de culpas, y posicionarla como una nación y población de soluciones a temas mundiales”.
—¿Cuál dirías que es el principal legado que Merkel deja a la política?….
—Su legado es haber podido comprobarse a sí misma, a toda una nación, al continente y al mundo, que una mujer provinciana, sin mayores protectores que sus conocimientos y astucia, pueden marcar un hito y convertirse en una personalidad mundial de la política. Su concepto de gobernanza mediante el servicio y la pulcritud en el manejo de las arcas públicas le dejan a los alemanes la noción de que estuvieron en buenas manos todos estos 16 años de su gobierno.
“La tenacidad conjugada con la capacidad de dominar las crisis y dominar los actores de la política constituyen un hito en la historia reciente. Se destaca su apego por los valores de su devoción protestante conjugados con sus conocimientos científicos aplicados en la gobernanza. Es, en síntesis, el legado de los valores cristianos conjugados con las leyes científicas lo que prevalecerá”, sostiene Weber.
—¿Qué debemos aprender en América Latina sobre Merkel?
—Con nuestro libro “Angela Merkel – La física del poder” buscamos que los lectores de América Latina conozcan a la mujer que ha dado muestra durante estos 16 años de un modelo de gobernanza sin igual. Quizá el más relevante de los preceptos de su estilo de hacer política es que para Merkel gobernar significa servir al pueblo y hacer lo correcto. Además, su liderazgo está basado en la capacidad de trabajo y en la búsqueda de consensos, antes que en buscar hacer realidad sus propios intereses.
“Angela Merkel tampoco es vanidosa del poder. Acata las normas estipuladas en la Constitución. Merkel venera la democracia ejercida por medio del pueblo, la división de poderes, todos los elementos del Estado de derecho, que sólo pudo vivenciar y ejercer cuando cayó el Muro de Berlín. Y por último, Merkel es incorruptible”, asegura.
—¿Qué concepto tiene Merkel de América Latina, y qué tan presente estaba en su radar?
—Angela Merkel conoció Brasil en 1996, cuando dirigía la cartera de Medio Ambiente, así que cuando asumió como canciller ya había tenido un primer contacto con América Latina. De hecho, su primer viaje más largo como jefa de Gobierno fue a América Latina, en mayo de 2008. De alguna manera, se acercaba así a las vivencias de Alexander von Humboldt, de quién ella es ávida lectora. La canciller ha dicho que algún día quiere seguir los pasos del científico Alexander von Humboldt, hacer las largas excursiones y seguir la ruta de la Cordillera de los Andes.
“Más allá de maravillarse con la naturaleza y la Cordillera de Los Andes, la canciller alemana ha dicho que ‘América Latina ocupa un lugar importante en nuestra política exterior’. La estrategia alemana en la región se sustenta en las oportunidades de negocios para las compañías alemanas, y en el apoyo a los derechos humanos. En la diplomacia, desde el 2013, todo el personal diplomático que va a la región tiene que estar preparado para entender América Latina”.
—¿Qué hay de cierto y que hay de mito en el mote de “la mujer más poderosa del mundo”?
—Hay mucho de cierto. No en vano, la revista Forbes la nombró como “mujer más influyente del mundo” en diversas ocasiones. Su certeza radica en la numerosidad de ocasiones en las que pudo doblegar crisis europeas y en la cantidad de ocasiones en las que logró concertar política internacional con sus pares mundiales, sin ocasionar debacles mundiales. Es una mujer poderosa porque logró desterrar del imaginario mundial a Alemania como una nación de culpas, y la posicionó como una nación y población de soluciones a temas mundiales.
Flashes biográficos
—Merkel igualó el récord de longevidad en la cancillería de su mentor, Helmut Kohl, con 16 años en el cargo.
—Pero la pandemia del coronavirus llegó e impulsó su popularidad. Tres cuartas partes de los alemanes se dicen satisfechos de su acción al frente del país.
—Científica de formación, Merkel realizó una gestión casi sin fallas de la Covid-19 y supo comunicar, con pedagogía y de forma racional, para hacer frente al “mayor desafío”, según ella, desde la Segunda Guerra Mundial.
—El confinamiento, que le recordó su vida en la ex-RDA (República Democrática de Alemania, comunista), constituyó, a su juicio, “una de las decisiones más difíciles” en sus 16 años en el poder.
—Es una ferviente defensora de la austeridad europea tras la crisis financiera de 2008; impulsó el aumento del gasto y la mutualización de la deuda.
—En 2011, la catástrofe nuclear de Fukushima, en Japón, la convencieron rápidamente de iniciar el abandono progresivo de la energía nuclear en Alemania.
—Angela Dorothea Merkel (de soltera, Angela Dorothea Kasner) es doctora en Física e hija de un pastor estricto pastor protestante, Horst Kasner, que pasó su vida predicando en la comunista y atea Alemania oriental.
¿Merkel para rato?
Alemania vota este domingo en las primeras elecciones en más de una década sin Angela Merkel como candidata, pero podría tomar algún tiempo antes de que resulte claro quién la sustituirá como canciller.
En Alemania, el cargo de canciller no se elige directamente, sino que se escoge mediante una votación del Bundestag, la cámara baja del parlamento, después de formar un gobierno. Por ello Merkel podría continuar al frente del gobierno durante semanas o meses.
—Conversaciones exploratorias
Después de años de coaliciones de dos partidos, en esta ocasión podrían ser necesarios tres partidos para alcanzar una mayoría, algo común en los parlamentos regionales de Alemania pero que no se ha visto a nivel nacional desde la década de 1950. Pero en Alemania, todos los partidos pueden participar en las llamadas “conversaciones exploratorias” que se realizan para lograr coaliciones.
—Primeros encuentros
El lunes, después de la elección, los partidos tendrán reuniones de dirigentes. Los legisladores recién electos de cada partido también sostendrán sus primeras reuniones la próxima semana. El nuevo parlamento deberá sostener su sesión inaugural a más tardar el 26 de octubre.
—Coaliciones
Si dos o tres partidos acuerdan en principio que quieren formar una alianza, deberán comenzar negociaciones formales de coalición, con varias reuniones de grupos para definir temas de política. Al final de estas negociaciones, los partidos deciden quién estará a cargo de cuáles ministerios y firman un contrato de coalición, un documento que define los términos del acuerdo. Los partidos nominan entonces a quién quieren ver como canciller antes de la votación oficial en el Bundestag.