El Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) creció más de lo esperado durante abril debido a una expansión más robusta de las actividades terciarias o, dicho de otra manera, del mercado interno.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) había adelantado que el IGAE podría crecer puntualmente 0.6 %, pero fue mejor con un 0.8 % mensual. Asimismo, las actividades terciarias apuntaban a un aumento de 0.6 %, pero lo hizo con 1.0 %, es decir, casi duplicó lo esperado.
Con relación a las actividades secundarias, ya se tenía su resultado con un avance de 0.4 %, pues es la misma cifra que el Indicador Mensual de la Actividad Industrial.
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El IGAE muestra un crecimiento mayor al máximo antes de la pandemia; sin embargo, sólo es un avance de 1.4 % en tres años, ciertamente es un crecimiento y se debe mencionar que existió una pandemia, pero otras economías emergentes van más adelantadas.
Al interior del IGAE aún hay rubros que no se han recuperado como el de la generación de electricidad y redes eléctricas que muestran un rezago de 18.6 %, y que actualmente con las olas de calor se han destapado deficiencias, ya que esta industria va rezagada frente a la creciente demanda que se ha incrementado gradualmente desde el confinamiento, un caso entre otros. Pero otros, como la manufactura han dado un salto considerable.
En el mismo tenor, las actividades primarias, las que incluyen todo el sector agropecuario y de materias primas sin procesar, tuvieron una progresión de 1.2 %, que en este caso el Inegi no tiene un pronóstico como con el secundario y terciario.
El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ha basado sus proyecciones de crecimiento económico del país para este año en un mercado interno robusto y ha desestimado los posibles efectos de una recesión que pueda desencadenarse en Estados Unidos, pero lo que no ha calculado es que si hay un efecto recesivo en esa nación, los mexicanos que laboran allá podrían bajar la intensidad de las remesas.
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