Consciente de las sospechas que ha despertado sobre su posible relación con el fascismo, la primera ministra italiana Giorgia Meloni aprovechó su presencia en la Cámara de Diputados para pronunciarse al respecto.
“Nunca he tenido ninguna simpatía ni cercanía con regímenes antidemocráticos. Por ningún régimen, incluido el fascismo”, insistió Meloni, al tiempo que dio a conocer su programa de gobierno.
En su discurso, que duró de más de una hora, con tono seguro, pero también con alusiones personales, Giorgia Meloni negó categóricamente cualquier “simpatía” o “cercanía” con el fascismo, distanciándose de su militancia juvenil en movimientos fundados por los herederos del fascismo; antes bien, prometió que Italia seguirá siendo “un socio confiable para la OTAN”, y que mantendrá “su apoyo a Ucrania y su oposición a la agresión rusa”.
La sucesora de Mario Draghi obtuvo la confianza del Senado sin problemas ya que su coalición cuenta con una amplia mayoría también en esa cámara.
Meloni, al frente del gobierno más derechista de la historia de Italia desde la Segunda Guerra Mundial, prometió que que no desviará “ni un centímetro” de los valores democráticos y que luchará “contra cualquier forma de racismo, antisemitismo, violencia política Y discriminación”.
Asimismo, citó también a mujeres que han marcado la historia de Italia, desde la periodista Oriana Fallaci hasta la antifascista Tina Anselmi y la comunista Nilde Iotti. “Son las mujeres que construyeron la escalera que hoy me permite subir y romper el pesado techo de cristal”, afirmó.
Meloni, que el miércoles se someterá al voto de confianza del Senado, obtuvo 235 votos a favor y 154 contrarios y 5 abstenciones, gracias al apoyo de la coalición formada por su partido posfascista Hermanos de Italia, los conservadores de Forza Italia de Silvio Berlusconi y la extrema derecha Liga de Matteo Salvini.
ES DE INTERÉS |
Vislumbran desaceleración en EU y recesión en Europa en 2023
