Los medios de comunicación de Estados Unidos llevan varias semanas viendo caer su audiencia y sus lectores, una reacción a la salida de la Casa Blanca del mediático Donald Trump, sucedido por un Joe Biden a veces considerado “aburrido.”
La cadena de noticias CNN encarna esta caída repentina, con la desaparición de más de la mitad de su audiencia entre enero y la primera quincena de marzo en la franja horaria de máxima audiencia (20:30-22:00), según cifras de la firma Nielsen.
A sus rivales MSNBC y Fox News les va mejor pero también muestran un descenso, a pesar de tener líneas editoriales opuestas: la primera anti-Trump, la segunda pro.
El diario The New York Times perdió casi 20 millones de visitantes únicos a su sitio web entre enero y febrero en Estados Unidos, y The Washington Post casi 30 millones, según datos de Comscore.
“Sigue habiendo un gran desastre que debería mantener a la gente frente a sus pantallas”, es decir, la pandemia, observa Adam Chiara, profesor de comunicación de la Universidad de Hartford, en Connecticut.
Para él, las caídas de audiencia demuestran que “la gente estaba más interesada en las noticias sobre el presidente Trump que en lo que está ocurriendo hoy.”
Instalado ahora en Florida, el ex jefe de Estado ha hecho algunas presentaciones y ha concedido varias entrevistas desde que dejó la presidencia. Sin embargo, ya no es el centro de atención permanente de los medios de comunicación, sobre todo a raíz de que Twitter lo suspendió de su plataforma.
“Alimentó a la bestia, atrajo clics, suscripciones y espectadores”, recuerda Adam Chiara. “No lo llamamos el ‘Trump bump’ (la curva Trump) por nada. Tenía que caer en algún momento”.
Para Tobe Berkovitz, profesor de comunicación política en la Universidad de Boston, los medios de comunicación son víctimas del contraste entre el republicano Donald Trump, su gusto por la polémica y su carácter imprevisible, y el demócrata Joe Biden, “un tipo aburrido” que ha adoptado deliberadamente una estrategia de comunicación contraria a la de su predecesor.
Plataforma Trump
“No creo que se deba simplemente a que Donald Trump dejó el cargo”, matiza Mark Lukasiewicz, decano de la facultad de comunicación de la Universidad de Hofstra.
Para el experto, las audiencias también están cansadas de la información relacionada con el coronavirus y la perspectiva de una salida inminente de la pandemia.
Ya sea por las elecciones presidenciales o por la pandemia, dijo, “pasamos por un período muy intenso (...) durante el cual las noticias fueron esenciales para nuestras vidas”, explica Lukasiewicz. “Hoy, estos problemas [de salud] no han desaparecido, pero las cosas empiezan a calmarse”.
Sin embargo, a pesar de este marcado descenso de su audiencia, los principales medios de comunicación estadounidenses están mucho mejor que antes de que Trump entrara en campaña en 2015. La CNN duplica con creces su audiencia respecto a todo 2014, mientras que la MSNBC la ha triplicado.
“Los canales de noticias acaparan un mayor consumo de noticias por parte de los estadounidenses que hace unos años”, dijo Lukasiewicz, en detrimento de los canales de interés general, cuyos noticiarios han perdido varios millones de espectadores.
Aunque ya no tiene a Trump bajo los reflectores y compite con pequeños canales muy conservadores como OAN y Newsmax, Fox News sólo ha perdido algunos puntos porcentuales de audiencia desde enero.
En cuanto a los diarios nacionales, aprovecharon esta buena racha para acelerar su transición digital y han validado su nuevo modelo, basado esencialmente en las suscripciones en línea.
En solo cuatro años, lo que duró el mandato de Trump, The New York Times multiplicó por 2,6 su base de suscriptores y ha escapado a la crisis de los medios impresos con la que sigue luchando gran parte del sector.
“El ritmo de las noticias variará, y la audiencia fluctuará... pero en cualquier caso, creo que estamos bien posicionados para seguir creciendo”, dijo la consejera delegada del Times, Meredith Kopit Levien, en la convocatoria anual de resultados a principios de febrero.
Queda la amenaza de una nueva plataforma de Trump, que el propio expresidente anunció el lunes que llegaría pronto, sin dar detalles, aunque sería más una red social que un medio de comunicación.
“Conserva una enorme capacidad para recaudar dinero y una gran influencia en el partido” republicano, explica Mark Lukasiewicz. “Y si decidiera poner esto al servicio de un medio de comunicación, tendría peso, al menos a corto plazo”.