El ciclo de alzas en la tasa de interés aplicado por el Banco de México ha surtido efecto y la inflación general se contrajo por segundo mes consecutivo a tasa mensual, un fenómeno que no sucedía desde abril de 2020.
En las minutas de la pasada junta de política monetaria de la entidad, uno de sus miembros tenía en mente un aumento de la tasa de interés ante una inflación que aún se considera alta, pero la desaceleración más pronunciada en la formación de precios a lo esperado podría borrar cualquier intención de incrementarla.
Por el contrario, los analistas del sector privado en el país prevén que el banco central comience a recortarla en este mismo año. Algunas instituciones financieras estiman que el banco de México recorte su tasa de interés en 0.25 % para la junta de septiembre, otros pronostican que será hasta febrero del 2024; sin embargo, la mediana de la encuesta prevé que la probabilidad más alta sea en diciembre.
Un recorte en la tasa de interés en el momento óptimo disminuye futuras presiones inflacionarias y a la vez hace atractivo el consumo a crédito de los hogares, lo que alimenta la demanda interna y puede ser un factor de crecimiento.
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El Inegi reveló que la inflación del quinto mes fue de una variación negativa de 0.22 %, lo que resultó en una de 5.84 % anual, un escenario mejor a lo esperado.
La tasa objetivo de Banxico es de 3.0 % (+- 1.0), lo que las autoridades consideran un nivel que permite el sano desempeño de la economía para no deteriorar los ingresos de los hogares.
Aunque son buenas noticias, el hecho de tener una inflación más baja tiene repercusiones, debido a que al reducirse las probabilidades de un nuevo aumento le quitan atractivo a las inversiones mexicanas ante otras tasas de interés en el mundo. El dólar rebotó en la sesión y tocó un máximo de 17.44 pesos en el mercado internacional, una depreciación para la moneda mexicana de 0.49 %, que aún así, se mantiene en su mejor momento en siete años.
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