Rusia vivió este sábado las mayores protestas registradas en los últimos años en el país, convocadas por el opositor Alexéi Navalni para reclamar su liberación, lo que dio lugar a al menos dos mil 500 arrestos y a disturbios en varias ciudades, sobre todo en Moscú.
Las principales concentraciones tuvieron lugar en Moscú y en San Petersburgo, con unos 20 mil participantes en cada ciudad, según periodistas de la AFP.
También se celebraron marchas en un centenar de localidades más, en un movimiento de contestación inédito en la historia reciente de Rusia. Al contrario de lo ocurrido este sábado, las movilizaciones de la oposición de 2012 y de 2019 se concentraron sobre todo en Moscú. Además, en 2017-2018, se celebraron unas importantes manifestaciones contra una reforma de las pensiones.
La muchedumbre clamaba lemas como Vladimir “Putin ladrón”, “Navalni, estamos contigo” o “Libertad para los presos políticos”.
En Moscú se registraron en la tarde choques. Los policías golpeaban con sus porras a los manifestantes que les lanzaban bolas de nieve y otros proyectiles.
Al caer la tarde, cientos de personas desfilaron hacia la prisión de Matroskaya Tishina, donde está detenido el opositor ruso Alexéi Navalni, en el norte de Moscú. Allí, la policía llevó a cabo arrestos y golpeó a los manifestantes con porras, para dispersarlos.
Estas protestas, las más importantes desde las organizadas por el opositor a mediados de 2019, se organizaron a pocos meses de las legislativas previstas en el otoño boreal, en un contexto de caída de la popularidad del partido en el poder Rusia Unida.
Leonid Volkov, un miembro del equipo de Navalni, afirmó que “entre 250.000 y 350.000 personas” salieron “a las calles” en toda Rusia.
“Esto es algo sin precedentes”, declaró complacido en la cadena de YouTube Navalni LIVE, anunciando, además, nuevas manifestaciones para el “próximo fin de semana”.
En el centro de Moscú, los agentes antidisturbios detuvieron a al menos 952 personas, según la oenegé OVD Info, cuyo balance asciende a 2.509 arrestos en Rusia hasta las 18H30 GMT.
El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, lamentó en Twitter “las detenciones masivas” y el “uso desproporcionado de la fuerza” y afirmó que el lunes hablaría “de las próximas etapas con los ministros de Relaciones Exteriores” de la Unión Europea.
En un comunicado, Amnistía Internacional acusó a la policía de haber “golpeado indiscriminadamente y detenido arbitrariamente” a los manifestantes.
Porras contra bolas de nieve
En Moscú, la marcha tuvo lugar en los alrededores de la plaza Pushkin y en las calles y avenidas aledañas.
Las bolas de nieve arrojadas por algunos manifestantes contra la policía fueron respondidas con porrazos y con detenciones.
La policía, por su parte, estimó que en Moscú se manifestaron 4.000 personas y que unos 40 efectivos de las fuerzas de seguridad resultaron levemente heridos.
“Bandidos de uniforme protegen a los bandidos que están en el poder”, denunció Vera Spivakova, una jubilada moscovita de 71 años presente en la manifestación.
En San Petersburgo, los manifestantes marcharon por la famosa Prospekt Nevski.
Antes, Yulia Navalnaya, la esposa del opositor, fue detenida brevemente durante la protesta moscovita, pero fue liberada horas después.
También se organizaron importantes concentraciones en el Extremo Oriente, en Vladivostok y Jabarovsk, donde también se denunciaron arrestos violentos.
En Yakuts, al sur del Círculo Polar, un centenar de manifestantes se enfrentaron a una temperatura de -50 ºC.
La embajada estadounidense, en el punto de mira
La diplomacia rusa acusó a la embajada de Estados Unidos de haber publicado “mensajes en redes sociales para apoyar las manifestaciones” e “incentivar las acciones violentas”.
En un comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores ruso indicó que la dirección de la embajada sería convocada para una “conversación seria”.
La legación diplomática había instado en su página web a que los estadounidenses no acudieran a las protestas, precisando en qué lugares se habían organizado.
Por su parte, la embajada estadounidense denunció en Twitter “la represión de los derechos” de los rusos.
En detención hasta el 15 febrero al menos y con varios procesos judiciales abiertos en su contra, Navalni, de 44 años, fue detenido el 17 de enero a su regreso de Alemania, donde se recuperó durante meses de un envenenamiento, del que siempre ha acusado al Kremlin.
Su llamado a la manifestación estaba acompañada de un video, que fue visionado más de 70 millones de veces en YouTube, en el que acusaba a Vladimir Putin de haberse construido una lujosa vivienda por mil millones de euros.
Las autoridades rechazan todas estas acusaciones de envenenamiento y corrupción, y tachan al opositor y su círculo de “estafadores”. JMR