Ucrania anunció el martes la reanudación de las evacuaciones de civiles de la devastada ciudad de Mariúpol, mientras Rusia sigue su ofensiva en el este del país, entre temores occidentales de una posible anexión de los territorios separatistas del Donbás.
“Mariúpol: la evacuación continúa”, anunció la presidencia ucraniana en un informe matinal el martes basado en las informaciones aportadas por las administraciones regionales.
Autoridades municipales de esta ciudad portuaria al sur del Donbás, casi totalmente ocupada por los rusos, anunció el lunes por la noche un acuerdo para una evacuación con el respaldo de la ONU y la Cruz Roja.
El punto de encuentro se fijó a las 07:00 horas pero lejos de Mariúpol, en un cruce cercano a Berdiansk, a unos 70 km de allí.
Según Kiev, más de 100 civiles fueron evacuados el fin de semana de la planta siderúrgica de Azovstal, el último reducto ucraniano en Mariúpol, donde soldados y civiles aguantan refugiados en un laberinto de túneles subterráneos.
Pero el lunes, en Zaporiyia, 200 km al noroeste, un estacionamiento convertido en punto de acogida para los refugiados no vio llegar ningún convoy de esa ciudad, clave en los planes rusos de unir los territorios bajo su control en el Donbás (este) y Crimea (sur).
En la noche, el batallón Azov, que defiende la planta de Azovstal, denunció nuevos bombardeos rusos, “incluso contra edificios donde hay civiles”, y un subcomandante del regimiento señaló que esto ralentizó a los evacuados.
Según la vice primera ministra ucraniana Iryna Vereshchuk, “cientos de civiles” siguen “bloqueados en Azovstal”.
Referéndum
En el resto del país, “el enemigo ha continuado disparando contra la ciudad de Járkov (segunda ciudad del país) y localidades vecinas”, indicó el Estado Mayor del ejército ucraniano en su nota matinal.
Más al sur, cerca de Izium, los rusos bombardearon “intensamente” las posiciones ucranianas y en el Donbás intentan “tomar pleno control de las localidades de Popasna y Rubizhne y avanzar hacia Limán y Sloviansk”.
Y en el suroeste de Ucrania, la ciudad portuaria de Odesa volvió a sufrir el impacto de misiles rusos que, según el presidente ucraniano Volodimir Zelenski, causaron la muerte de un adolescente de 15 años.
Además de su avance en el Donbás, los rusos se han hecho con importantes franjas del sur de Ucrania, como la ciudad de Jersón, a 130 km de Odesa y muy cerca de la península de Crimea anexionada por Moscú en 2014.
En un pueblo de esa zona, Novofontanka, la fiscalía general de Ucrania anunció la apertura de una investigación por posibles “torturas y asesinatos” tras el hallazgo de dos cadáveres en una fosa, uno de ellos con las piernas atadas.
Después de más de dos meses de guerra, los países occidentales y Kiev temen que Moscú aproveche la conmemoración de su victoria sobre la Alemania nazi el 9 de mayo para mostrar avances en Ucrania.
El ministro de Defensa ucraniano apuntó a un posible intento de integración en Rusia de las autoproclamadas repúblicas prorrusas de Donetsk y Lugansk, reconocidas por Vladimir Putin justo antes de la guerra.
Y el embajador de Estados Unidos ante la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), Michael Carpenter, señaló que esta anexión podía hacerse a través de la organización de referéndums a mediados de mayo, una estrategia que recuerda a lo ocurrido en Crimea en 2014.
“Esta información es muy creíble”, indicó el diplomático, señalando que Moscú tiene planes similares para Jersón, donde ya ha impuesto su moneda, el rublo.
“Estos simulacros de referéndums, votos orquestados, no se considerarán legítimos, y tampoco cualquier intento de anexionar otros territorios ucranianos”, agregó.
Nuevas sanciones
La invasión rusa ha dejado miles de muertos y más de 13 millones de desplazados.
Sin intervenir directamente en la guerra, las potencias occidentales respondieron con unas sanciones sin precedentes contra Rusia y enviando armamento y fondos a Kiev.
En un gesto inédito, el primer ministro británico Boris Johnson comparece el martes por videoconferencia ante el Parlamento ucraniano. Será el primer dirigente occidental en hacerlo desde el inicio de la guerra.
De acuerdo con su oficina, en su discurso anunciará una ayuda militar de 300 millones de libras (376 millones de dólares) para Kiev. “Esta es vuestra hora más gloriosa”, debe decirles, en una referencia a un discurso de Winston Churchill ante los diputados en 1940, antes de la batalla de Inglaterra durante la Segunda Guerra Mundial.
Por su parte, la Unión Europea trabaja en un sexto paquete de sanciones que incluye un calendario para acabar progresivamente con las importaciones de petróleo ruso y advirtió a sus países miembros que deben prepararse para el fin del suministro de gas ruso.
Las nuevas sanciones deben afectar también al sector financiero y “habrá más bancos rusos que saldrán del Swift”, el sistema de transacciones internacionales, dijo el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell.
Desde el Vaticano, el papa Francisco dijo en una entrevista al diario italiano Il Corriere della Sera que está dispuesto a viajar a Moscú para hablar con Putin y tratar de poner fin a la guerra. MAAZ
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