En el último trimestre de 2022, la actividad manufacturera del país se debilitó, aunque en el norte del país los empresarios señalaron que esto fue resultado de un encarecimiento en el gas natural y la electricidad, lo que elevó los costos de producción mientras que las exportaciones aflojaron el paso.
El documento del Banco de México “Reporte sobre las economías regionales, octubre-diciembre 2022”, señala que entre los problemas que afectaron a la industria en el norte del país se suscitó la falta de choferes operadores de transporte de carga, además de que existió un freno en el consumo ocasionadas por el aumento de las tasas de interés en Estados Unidos, “lo que restó dinamismo a las exportaciones hacia ese país”.
La inseguridad es otro de los problemas que atraviesa la industria, y según el reporte que hizo el Banxico, los directivos en las industrias metálicas básicas, de productos derivados del petróleo y de maquinaria y equipo, expresaron que sus corporativos limitaron la expansión de líneas de producción debido a los altos niveles de inseguridad en la zona norte del país. Un fenómeno que el gobierno no ha podido erradicar o al menos controlar para que las empresas sientan más confianza en continuar la inversión.
Así mismo, los dueños y administradores de empresas alimentarias señalaron en el sondeo que su actividad fue frenada por los altos precios de los granos, particularmente del maíz, pero también a una menor capacidad de compra de los consumidores debido a la inflación.
Así, las cuatro regiones del país (Norte, Centro Norte, Centro y Sur) presentaron un decaimiento en el último trimestre en el que el empresariado señaló que el principal factor limitante para la manufactura fueron las afectaciones en los problemas logísticos (falta de transporte), y el encarecimiento y desabasto de insumos industriales. Aunque un punto en el que también coincidieron fueron los altos niveles de rotación de personal y las dificultades para cubrir vacantes. Destacaron que con la relocalización de las líneas de producción de Asia hacia América, llamada “nearshoring”, impulsó un equilibrio frente a la negatividad en el sector.