“Apelamos a su compasión y buen corazón como seres humanos que somos y nos permitan ir al predio de La Bartolina”, dice la solicitud de la Unión de Colectivos de Madres Buscadoras en Tamaulipas.
La petición es para ingresar a un terreno a buscar restos humanos, pero no está dirigida al gobierno, es para “Los Ciclones”, una escisión del cártel del Golfo, grupo armado implicado en la masacre de 15 civiles en Reynosa el pasado 19 de junio.
La misiva de las buscadoras marca un hecho sin precedentes en México, pues se trata de una petición de familiares de desaparecidos al crimen organizado para que puedan realizar el trabajo que le corresponde al Estado.
¿Cómo tomaron esta compleja determinación las familias de las víctimas? La respuesta la da Delia Quiroa, vocera de la Unión, en entrevista con ejecentral.
Para responder cómo llegaron a este punto, Quiroa se remonta al 2016. Ese año las buscadoras encontraron “La Bartolina”, lugar que describen como un “campo de exterminio”. En una de las últimas diligencias realizadas ahí —en un reducido espacio de apenas 5x5 metros— se hallaron más de media tonelada de huesos.
“Desde entonces, solamente van (las autoridades) y se hacen diligencias y no resguardan el terreno; de lo que se ha sacado tampoco sabe quiénes son. No hubo nada por parte de las anteriores autoridades (del sexenio de Peña Nieto). Apenas la comisionada nacional de búsqueda Karla Quintana fue quien públicamente reconoció la existencia de “La Bartolina” como un campo de exterminio, ella en este gobierno pues sí está reconociendo que hay algo, pero tampoco está haciendo nada”, cuenta Quiroa a este periódico.
Todo se transformó tras la masacre
“Los Ciclones” y “Los Escorpiones”, facciones del cártel del Golfo, se unieron el pasado 19 de junio en Reynosa para enfrentar a la escisión de “Los Metros” y “calentaron la plaza” de estos últimos al asesinar a 15 civiles. Ese hecho fue la piedra angular de la acción que emprendieron las familias de los desaparecidos.
“Ellos (los grupos armados) se comunicaron mediante mantas y propusieron una tregua entre ellos, una tregua de paz, entonces a nosotros se nos ocurrió enviarles un mensaje por los medios” dice la vocera de la Unión.
Quiroa agrega que la aparición de esas mantas firmadas por los grupos armados tras la masacre —en el sentido de que son canales de comunicación— fue uno de los factores para recurrir al pronunciamiento.
“Esta comunicación es con el objetivo lícito y la necesidad de acceder al predio de “La Bartolina” (...) En caso de aceptar nuestra petición les pedimos nos hagan saber su respuesta de la manera en la que propusieron tregua de paz en la frontera con la colocación de una manta o de la mejor forma para ustedes”, dice la misiva que firmó la Unión de familiares de desaparecidos.
El otro factor que las orilló a buscar el permiso de la facción del cártel del Golfo es que “la autoridad no quiere hacer las diligencias, no nos quiere dar seguridad. Tememos que si nosotros entramos ahí pues a ellos les moleste o les cause alguna incomodidad, que es lo que menos queremos porque no buscamos culpables, buscamos a los desaparecidos”, dijo la vocera.
Delia Quiroa indicó que la decisión de dirigir la petición a “Los Ciclones” es porque las familias de las víctimas saben que esa facción es la que controla Matamoros.
Las familias saben que sólo hay dos posibilidades para su solicitud, un sí o un no. Si la respuesta del grupo armado es positiva las buscadoras pedirán la ayuda de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Ministerios Públicos y la Comisión Nacional de Búsqueda para que se coordine una búsqueda ininterrumpida.
“Nosotros, por la gravedad del caso, lo que queremos es que sea una diligencia continua y que se esté en el predio hasta que se saque el último hueso”, dijo Quiroa.
Si la respuesta es un no, la vocera apuntó que van a “seguir rogándole al gobierno que nos de seguridad para poder ir a buscar” y agregó que pese a la gran cantidad de restos hallados en diligencias, “a las compañeras del colectivo que encontraron ese lugar, la Fiscalía General de la República les dijo que solamente les iba a dar dos búsquedas por año”.
Contrarreloj. Madres de personas desaparecidas señalan que aún es tiempo de identificar los cuerpos por un tatuaje o una seña particular.
El reto de buscar en “La Bartolina”
El terreno de “La Bartolina” es complejo, no sólo por la presencia de “Los Ciclones”. Se trata de un extenso predio cercano a la frontera con Estados Unidos, que comienza en la desembocadura del Río Bravo y se extiende hasta el sur del municipio de Matamoros llegando casi al mar.
La cercanía del “campo de exterminio” con cuerpos de agua representa un enorme reto. “Como está cerca del mar, en algunas ocasiones se llena de agua y entonces esto nos preocupa porque pues contamina las evidencias, esa es nuestra desesperación”, apuntó la vocera.
“Inclusive, hay muchos que están enterrados y que todavía tienen piel, tienen carne y que se pueden identificar por un tatuaje o alguna seña particular, una cicatriz por ejemplo, y entonces pues si ellos (las autoridades) no se apuran esto se va a perder y va a ser muchísimo más difícil poder identificar esas personas”, agregó.
En Tamaulipas hay más de siete mil carpetas de investigación por desaparición de personas, pero los colectivos señalan que la cantidad es mayor por la cifra negra que tiene ese delito, sobre todo en un estado donde el crimen organizado cuenta con una enorme presencia.
Mientras tanto, las buscadoras esperan una respuesta, aguardan el momento de tener el permiso de “Los Ciclones” para dirigirse a “La Bartolina” con banderas blancas y una pañoleta amarrada en el codo izquierdo, ¿para qué? es que así es como les dijeron al grupo armado que podrían identificarlas.