A falta de dos semanas para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Brasil, los candidatos salieron en busca de votos: Luiz Inácio Lula da Silva, acudió a una de las famosas favelas del país; mientras que Jair Bolsonaro, fue arropado en el santuario católico más importante de la nación.
Será el 30 de octubre cuando se lleve a cabo el balotaje y según el último sondeo del Instituto de Investigaciones Electorales (IPEC), Lula da Silva mantiene una ventaja de 51 por ciento de la intención del voto contra el 42 por ciento de Bolsonaro.
Este ejercicio del IPEC también calcula un dos por ciento de indecisos, además de un ciento por ciento de votos nulos o en blanco, lo que confirmaría la victoria del candidato por el Partido de los Trabajadores (PT).
Bolsonaro de evangélico a católico
Pese a la victoria de Lula en la primera vuelta, el actual presidente de Brasil y quien busca su reelección, aprovechó el día festivo para visitar la Basílica de Nuestra Señora Aparecida en busca de votos que lo catapulten a la victoria en el balotaje.
Rodeado por miles de peregrinos, Jair Bolsonaro acudió a la ciudad de Aparecida, Sao Paulo, con la intención de recoger los votos de los indecisos que lo dejaron cinco puntos por debajo de Lula en la primera vuelta.
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Bolsonaro venía de la inauguración de una iglesia evangélica en el estado de Minas Gerais, por lo que su llegada al santuario de Nuestra Señora Aparecida se dividió entre aplausos y rechiflas.
Y es que el presidente de Brasil cuenta con el apoyo de los evangélicos de Brasil, el cual se calcula en 30 por ciento del electorado, sin embargo, su posible derrota en el balotaje lo ha impulsado en busca de más sufragios y bajo el lema “Brasil encima de todo, Dios encima de todos”, apunta a que sean los religiosos quienes le garanticen la victoria.
Lula con el pueblo y con la religión
En tanto, el candidato del PT, buscó el apoyo del pueblo en una de las favelas de Río de Janeiro, donde prometió acabar con la pobreza en la que viven millones de brasileños.
“El pueblo volverá a comer tres veces al día, volverá a tener trabajo formal”, dijo Lula da Silva ante representantes de otras favelas con quienes se comprometió a impulsar políticas públicas en beneficio de la comunidad más desfavorecida.
El expresidente de Brasil entre 2003 y 2010 también aprovechó el día festivo para recordar al electorado su fe católica y garantizar que todas las demás religiones serán respetadas en caso de ganar las elecciones.
“Quiero pedir, por intermedio de Nuestra Señora de Aparecida, que Dios nos bendiga, para que podamos construir una nación democrática, justa, independiente y soberana, donde todos y todas “tengan vida y vida en abundancia”, señaló.
Resultado del balotaje, lejos de los sondeos
Las principales firmas encuestadoras involucradas en la elección presidencial de Brasil han sido señaladas por no advertir la fuerza de Jair Bolsonaro en la primera vuelta
Por lo anterior acusaron de estar manipuladas en favor de Lula da Silva, razón por la que pidieron a los seguidores del actual presidente no responder las encuestas y guardarse su intención del voto hasta el 30 de octubre.
Sin embargo, el ejercicio de Ipec, elaborado con dos mil entrevistas en 130 municipios de Brasil, advierte una victoria de Lula frente a Bolsonaro por una diferencia de entre 10 y 15 puntos porcentuales, con un margen de error de solo dos puntos.
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