El final de la Conferencia de las Partes de las Naciones Unidas (COP26) tuvo que extenderse por la falta de acuerdos en temas claves como el uso de combustibles fósiles o si las economías más desarrolladas deben pagar por el impacto ambiental que han provocado.
Las tensiones para elaborar un documento definitivo incrementan las expectativas sobre el fracaso de esta cumbre, en la que no se logró formalizar ninguna propuesta que mantenga el calentamiento global por debajo de los 2 grados, una marca necesaria para evitar que esta crisis escale aún más en los próximos años.
António Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, destacó las acciones de la población civil —especialmente de los más jóvenes—, pero puntualizó que las promesas hechas durante la COP26 “suenan huecas”, especialmente cuando los combustibles fósiles siguen recibiendo millones en subvenciones.
Un nuevo borrador sobre el posible acuerdo incluyó por primera vez —aunque de manera muy tibia— una mención a los combustibles fósiles, lo que desató críticas por parte de los países productores y frenó el avance de las negociaciones que tuvieron que extenderse un día más.
›El tema de los combustibles fósiles no es menor, un análisis de las 36 economías más contaminantes del planeta revela que, si bien algunas están haciendo mejoras importantes en sus metas climáticas, ninguna de ellas está haciendo lo suficiente para alcanzar las metas que serían necesarias para que la temperatura promedio del planeta no exceda en 1.5 grados contados desde el inicio de la Revolución Industrial hasta el 2050, como lo marca el Acuerdo de París.
Esto significa que la COP26, que debía terminar hoy en Glasgow, Escocia, y cuya meta era hacer propuestas que permitieran enfilar a los países cumplir con el Acuerdo fue, en balance, un fracaso.
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Aunque Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y China hicieron un avance en sus metas con respecto al Acuerdo no representan un gran progreso; por ejemplo, las propuestas del primero, son consistentes con un aumento de alrededor de 2 grados, mientras que el estudio señala que la UE “deberá brindar más apoyo a los países en desarrollo para la reducción de emisiones en el extranjero para garantizar que está contribuyendo con su parte justa de la carga global de mitigación”.
Por otro lado, países como Rusia, Brasil, México o Vietnam no cambiaron sus metas desde la COP25 o las modificaron sin dirigirse al objetivo acordado.
El autor británico Aaron Bastani, quien es conocido como el socialista milenial, señaló que “hubo 24 COPs fallidas, la 25 en París fue la primera que tuvo cierto éxito, y la COP26 es un fracaso, especialmente de parte del Norte Global que no están disminuyendo lo suficiente sus emisiones”.
Sin embargo, no todo estuvo mal. Simon Lewis, profesor de Ciencia del Cambio Global del University College London, destaca que en la COP26 se hicieron algunos tratados bilaterales que valen mucho la pena, como el Trato de Transición Justa de Sudáfrica, que implica que 11 mil 400 millones de dólares se destinarán a ayudar a esta economía que basa el 87% de su electricidad en el carbono, del que también es un fuerte exportador.
Otro ejemplo notable es que se firmó un tratado para que se destinen mil 900 millones de dólares para que las poblaciones indígenas del Amazonas puedan proteger los bosques en los que viven. “Esto no tiene precedentes”, dice Lewis y añade que estos dos acuerdos fueron iniciativas del gobierno del Reino Unido.
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