Los precios de los boletos de avión no cambian como creemos

Cuando ha querido comprar boletos de avión, ¿ha escuchado consejos como que conviene comprarlos usando el modo incógnito del navegador, con una VPN para fingir que vive en un país de bajos ingresos o que son más baratos si la búsqueda se hace los martes (o miércoles) en la madrugada?

Pues según una investigación hecha por un equipo de las universidades de California en Berkeley, Chicago, Yale y de Texas en Austin, el único consejo que realmente vale la pena seguir es el de comprar los boletos con anticipación, ya que no sólo no es cierto que las aerolíneas hayan implementado mecanismos que permitan modificar los precios de forma instantánea, sino que tampoco lo hacen con la lógica que suponen la mayoría de los posibles compradores.

Lo que más sorprendió al equipo de economistas que hicieron la investigación es que las aerolíneas no ajustan sus precios ni siquiera con respecto a los de sus competidores; en cambio lo que hacen es una fijación automatizada de precios llamada Ingreso Marginal Esperado por Asientos-b (EMSRb por su sigla en inglés).

Con este sistema, se fijan los precios de los asientos en cada vuelo en una ruta determinada, y esto se hace lo suficientemente rápido como para fijar precios para cientos de miles de vuelos diarios y permite a las aerolíneas reservar algunos asientos para venderlos a precios más altos más adelante en el futuro.

A pesar de lo que nos pueda parecer cuando buscamos vuelos, las aerolíneas tienen un número fijo y relativamente pequeño de precios que asignan a los boletos de cada vuelo y las diferencias entre los precios son grandes y no operan como en otros sectores de consumo, donde pueden ajustarse de manera gradual.

De esta forma, es posible que vendan los primeros 30 boletos en clase económica al precio más bajo, y luego los 30 siguientes al siguiente precio posible, y así sucesivamente, y las diferencias pueden ser de hasta cien dólares.

El sistema es tan contraintuitivo que “al principio no sabíamos cómo racionalizar las cosas que estábamos viendo”, dice Olivia Natan, de la Haas School of Business de la Universidad de Berkeley y coautora de la investigación, pero se explica porque “los boletos de avión se venden a través de sistemas de distribución global” que surgió de una alianza industrial para facilitar la gestión de los inventarios, por lo que otras empresas del sector de viajes, como hoteles, cruceros, trenes y alquiler de coches, hacen lo mismo.

Además, esto hace que todos los agentes de viajes vean los mismos precios, y que estos sean iguales a los que usted ve en la computadora de su casa.

SIGUE LEYENDO |