Los microplásticos que nos tragamos diariamente

24 de Noviembre de 2024

Los microplásticos que nos tragamos diariamente

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Para 2022 una de las metas es usar menos residuos plásticos, una meta social que provocaría una mejor salud porque sus residuos, por ahora, podemos consumirlos en el agua, incluso la embotellada; la comida, el aire, y hasta nadando en el mar

Sin querer, cada día, consumimos una dosis de microplásticos, y apenas comienzan a conocerse sus posibles efectos en la salud, como la enfermedad inflamatoria intestinal.

Estos diminutos de residuos plásticos, de menos de cinco milímetros, están en el aire que respiramos, los mares, alimentos, y el agua. En realidad, están por todas partes.

Hace unos días científicos del Instituto Nacional de Investigación francés CNRS publicaron un estudio en el que tomaron muestras de aire en el Observatorio del Pic du Midi, en los Pirineos franceses. Analizaron 10 mil metros cúbicos de aire por semana, durante cuatro meses, entre junio y octubre de 2017, y todas las muestras contenían microplásticos. Sus cálculos los llevaron a considerar que el origen de ello era lejano, América del Norte y el norte de África. También se demostró la presencia de estos micro residuos en el Mar Mediterráneo y el Océano Atlántico.

La presencia en el mar se hizo más clara cuando equipos que compitieron en la primera edición de la regata The Ocean Race Europe, recolectaron –durante seis semanas--muestras de agua para medir la concentración de microplásticos y CO2, la temperatura del mar y los niveles de pH y salinidad entre Klaipeda y el puerto italiano de Génova. Los asesoraron especialistas de la Universidad de Utrecht y el Centro GEOMAR Helmhonltz de Investigación Oceánica de Kiel.

Lo que encontraron fue que los mares del continente europeo contienen una media de 139 partículas de estos residuos plásticos por metro cúbico. El Báltico fue el más contaminado, con un promedio de 230 partículas por metro cúbico.

Hay dos tipos de materiales plásticos diminutos que se han detectado, las fibras plásticas que se generan durante los procesos de fabricación, lavado o uso de ropa sintética, y que son las que más prevalecen; y los que son fragmentos degradados de objetos más grandes como botellas, embalajes o microperlas provenientes de cosméticos.

La presencia de estos materiales lleva intrínseca otra realidad, que estas fibras son consumidas por las especies marinas. Esta semana se publicó otro estudio, en Environmental Science & Technology, por investigadores de la Universidad de Nanjing en China que descubrieron que el desarrollo de la enfermedad inflamatoria intestinal (EII), que incluye la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, podría estar relacionada con la ingestión de los microplásticos.

Los especialistas encontraron que las muestras de pacientes con EII contenían aproximadamente 1.5 veces más piezas de microplástico por gramo en las heces, que los de los sujetos sanos; y quienes tenían síntomas más graves de intestino inflamado tendían a presentar más altos de microplásticos fecales.

¿De dónde provenían estos restos plásticos? El estudio plantea que, a través de un cuestionario, los investigadores confirmaron que las personas de ambos grupos que consumieron agua embotellada, comida para llevar y estuvieron expuestas al polvo tenían niveles más altos de microplásticos en sus muestras fecales.

Aunque aún no se puede determinar si esta exposición desencadena la EII o si las personas con este padecimiento acumulan más microplásticos fecales debido a su enfermedad.

Omnipresentes. Los microplásticos están en todos lados, incluso en las zonas consideradas limpias por el tipo de clima y altura.