Hace siete meses, cuando la teniente coronel Josefina Patlán Rodarte fue convocada para sumarse a la Misión de Naciones Unidas para el Referéndum del Sahara Occidental (Minurso), el mundo era distinto. No había guerra en Europa y las partes en conflicto habían comenzado a acercar sus posturas.
Hoy, que Patlán se convirtió en la primera mexicana en dirigir la Sección de Adiestramiento de una misión de los Cascos Azules, el planeta ya es otro: el conflicto en Ucrania ha polarizado a las grandes potencias y al Consejo de Seguridad de la ONU, y un acuerdo de paz entre el gobierno de Marruecos —que ocupa buena parte del territorio saharaui— y el Frente Polisario —movimiento de resistencia que busca la independencia—, parece más lejano.
¿Crees que el mundo se convirtió en poco tiempo en un lugar más inseguro? —se le pregunta vía correo electrónico a Josefina Patlán—.
Definitivamente, la desigualdad social y económica tan grande que existe a nivel mundial, la falta de oportunidades, el desempleo, el aumento del narcotráfico, del tráfico de personas, la desadaptación social de los jóvenes, la falta de liderazgo familiar, el fácil acceso a los diferentes estupefacientes, la falta de supervisión hacia los adolescentes, la inmadurez con la que crecen siendo éstos el futuro del mundo, por mencionar algunas causas, me hace pensar que efectivamente estamos enfrentando un lugar más inseguro, por lo que si no combatimos estas causas cada vez el mundo será más y más violento y poco seguro para vivir.
Con 30 años de carrera militar y originaria de la Ciudad de México, Patlán se incorporó a la Minurso en noviembre pasado. Los primeros seis meses de su estancia en Sahara Occidental (territorio localizado al noroeste del continente africano, entre Marruecos y Mauritania, con amplias costas en el Océano Atlántico) Patlán se dedicó a patrullar vastas zonas del desierto. Desde hace un mes, cuando fue nombrada jefa de sección, está abocada a la capacitación del personal de misión, integrada por unos 450 elementos, principalmente en la ciudad de Laayoune.
A más de 8 mil kilómetros de distancia, ¿qué es lo que más se extraña del país y de la Ciudad de México?
Lo que más extraño de México es la comida, nuestro clima tan diverso, lo disponible que tenemos todo, las facilidades que tenemos para llegar a cualquier lado. Y créeme que cuando conoces la problemática a la que se enfrentan en otros países y las dificultades que tienen, aprecias todas y cada una de las cosas con las que cuentas, pero definitivamente el ambiente militar te enseña a adaptarte a las diferentes situaciones lo que te permite sobrevivir y usar lo que tienes a la mano.
“Y de la Ciudad de México lo que más extraño es el Paseo de la Reforma, la Ciudad Universitaria, por la oferta cultural a precios bajísimos que no se encuentra en otros lados; los cines, los teatros, la comida que puedes encontrar en pequeños negocios o en grandes restaurantes. Aunque no lo creas los tianguis, los mercados, todo lo que puedes encontrar en el centro de la Ciudad de México. Pero definitivamente lo que sí no extraño es el tráfico vehicular”.
Madre de tres hijos y especialista en operativos de paz, Patlán Rodarte tiene las funciones de monitorear las actividades de ambas partes en conflicto, así como detectar, observar y reportar violaciones a los acuerdos de pacificación; también de verificar cambios en los mandos y en su organización militar y presenciar el adiestramiento de ambas partes, ejercicios de adiestramiento y destrucción de minas.
¿Cuáles son las principales satisfacciones de salir a una misión de paz de la ONU?
La principal satisfacción es saber que nuestro país y Ejército se encuentra al nivel de otros ejércitos alrededor del mundo, pudiendo demostrar que en México existe gente totalmente capacitada para desempeñar actividades de cualquier índole en un ámbito internacional y que podemos desarrollar cualquier tarea con gran éxito. Los mexicanos en verdad podemos sobresalir en donde sea. Nada más necesitamos un poquito de empuje. Además de saber que se pone en un primer plano internacional a las mujeres militares mexicanas.
La Minurso fue instalada en 1991, por acuerdo de la Asamblea General de la ONU. Su objetivo es pacificar una región que vive en guerra intermitente desde 1975 —año en que dejó de ser colonia de España—, por la disputa entre las fuerzas armadas de Marruecos y Mauritania contra el movimiento independentista saharaui denominado Frente Polisario. El conflicto ha dejado más de siete mil muertos.
La Sección de Adiestramiento de la Minurso, detalla Josefina Patlán, se considera de vital importancia ya que “es donde nos aseguramos de que el personal que es designado para unirse a esta misión cubra todos y cada uno de los requisitos indispensables para poder desarrollarse con éxito como Observador Militar de Naciones Unidas, sin poner en riesgo la vida e integridad de sus compañeros, al igual que se proporciona el adiestramiento y supervisión permanente de todas las actividades que se realizan”.
¿Qué sacrificas al pasar largas temporadas en estas misiones?
El sacrificio más grande y principal es el estar separada de mi familia, porque al igual que cualquier mujer estoy casada, tengo tres hijos y a mis padres, quienes dependen de mí y de los cuales recibo todo el apoyo para que yo pueda representar a nuestra nación y ponerla en altos estándares, lo cual me llena de orgullo, aunado a que el apoyo de mi esposo en todo momento es incondicional, lo cual me permite realizar sin problemas y preocupaciones las tareas que me son encomendadas.
¿Hay tiempos libres en una misión de paz? ¿Cómo los utilizas?
La Organización de las Naciones Unidas se preocupa ampliamente por el bienestar psicológico y físico de sus miembros, por lo que en cada uno de los equipos desplegados en el desierto y en el Cuartel General cuentan con un área específica de gimnasio, una sala en donde puedes ir a jugar ping-pong y diferentes juegos de mesa; una sala de televisión, área de lectura y un comedor en el cual tienes diferentes alimentos disponibles para cuando los necesites. Al menos cada semana se procura que todos los integrantes de los diferentes equipos se reúnan para que se conozcan y convivan en un ambiente sano y de respeto.
Rostros. Durante seis meses ha recorrido el Sahara Occidental.
No es la única. Con Patlán, hay otros cuatro integrantes del Ejército mexicano.
Un año más. En 2021, la ONU amplió el plazo para el trabajo de paz en la zona.
Fotos: Cortesía Josefina Patlán Rodarte
450 personas forman parte de la Minurso, 230 son civiles.
