La Organización Mundial de la Salud (OMS) no recomienda el uso de edulcorantes no calóricos o sin azúcar para tratar controlar el peso corporal, ya que si bien pueden ser una ayuda a corto plazo, no lo son a largo plazo. Además de que su consumo implica un aumento en los riesgos de desarrollar diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y mortalidad en adultos.
La recomendación del organismo internacional, publicada este lunes en un informe, se basa en los hallazgos de una revisión sistemática y metanálisis de diversos tanto controlados como observacionales, que si bien encontraron que el consumo de estas sustancias se relaciona con una reducción tanto del peso como del índice de masa corporal, a largo plazo suele conducir a un mayor riesgo de obesidad y sobrepeso.
Además, aunque se observó el incremento a largo plazo de enfermedades no transmisibles, como diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares, en un corto plazo no se detectaron los marcadores del desarrollo de estas enfermedades, como la elevación de la glucosa en ayunas o los lípidos en sangre.
El informe admite que “la evidencia de estudios realizados en niños y mujeres embarazadas fue más limitada que la identificada para adultos”; aún así, salvo por una reducción en la incidencia de caries dental, no se detectaron ventajas al uso de edulcorantes no calóricos en los indicadores de salud.
Los edulcorantes sin azúcar no son factores dietéticos esenciales y no tienen valor nutricional. Las personas deberían reducir la dulzura de la dieta por completo, comenzando temprano en la vida, para mejorar su salud”, dice Francesco Branca, director de Nutrición y Seguridad Alimentaria de la OMS, en un comunicado de prensa.
De acuerdo con el Atlas Mundial de Obesidad, para 2035 el 47 % de las personas adultas en México tendrán un problema de obesidad, y la tasa anual de crecimiento de este problema entre la población menor de edad será de 3.3 %; ambos indicadores se consideran “muy elevados”.
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