Por cierto, para mantener la seguridad de los asistentes a la marcha del 2 de octubre, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, exigió a cada dependencia del gobierno capitalino que enviara a 300 de sus funcionarios vestidos de blanco, y así integró lo que llamó “cinturón de la paz”. Algo que, por cierto, al interior del gobierno no gustó.