López Obrador ralentizará la economía hacia 2025

15 de Noviembre de 2024

López Obrador ralentizará la economía hacia 2025

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Dejar de invertir 
en obras de infraestructura transexenal, como planea 
el Presidente, dañará 
la construcción y 
causará un rezago

Ante la negativa del presidente Andrés Manuel López Obrador para invertir en infraestructura trasexenal, el país sufrirá un impacto económico negativo y un problema para el próximo gobierno en el 2024.

Con todo y sus proyectos emblemáticos como el aeropuerto en la base militar de Santa Lucía, el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas, entre otras obras, la inversión física del sector público en los primeros 30 meses del gobierno de Andrés Manuel López Obrador disminuyó 39%, en términos reales (eliminando el efecto inflacionario) respecto al mismo lapso de lo invertido en el gobierno de Enrique Peña Nieto.

Esa contracción de casi 40% con López Obrador, contrasta con los incrementos reales de 69% con Peña Nieto y el 96% de crecimiento que reportó el gobierno de Felipe Calderón en los primeros 30 meses de su sexenio. Quizá sin considerarlo, el Presidente viene anunciando un efecto negativo que se reflejará en 2025, en lo que será el primer año del próximo mandatario.

No queremos dejar nada inconcluso. Estamos midiendo el tiempo para terminar. Si terminamos a finales del 23 (2023), o sea, si tenemos el proyecto este año, se licita este año y lo hacemos en dos, va; pero ya (para) 2024 no queremos tener obras en proceso”, respondió López Obrador a pregunta expresa de invertir en el tren ligero en Xalapa, Veracruz. Esta respuesta del Presidente, sobre la obra con un costo estimado de tres mil millones de pesos, que será financiada con recursos federales y estatales, la dijo el 23 de junio pasado y la reiteró casi dos semanas después, el martes 5 de julio: “No puedo comenzar obras nuevas que no vaya a terminar, esos son los nuevos retos”. Todos los proyectos, advirtió, serán evaluados bajo esa óptica, como por ejemplo el proyecto de inversión para un parque de energía limpia, “vamos a echar a andar ese parque de generación de energía solar, pero lo tenemos que terminar en el 2023, a finales 2024”, señaló.

Rezago al crecimiento

La subdirectora de Análisis Económico de Monex Grupo Financiero, Janneth Quiroz, explicó que “el sector de la construcción es un componente fundamental de la economía de cualquier país”. Datos de la Secretaría de Hacienda (SHCP) muestran que el promedio mensual (de 30 meses) de inversión física del sector público con López Obrador es de 53 mil 566 millones de pesos, monto que alcanzaría para pagar 63 de cada 100 pesos de 84 mil 956 millones de pesos que costará la construcción del Aeropuerto de Santa Lucía.

La construcción tiene un efecto catalizador en “66 ramas del sector industrial, entre las que destacan la industria del acero, hierro, cemento, arena, cal, madera y aluminio”, agregó Quiroz. En ese sentido, la Economista en Jefe del regiomontano Banco Base, Gabriela Siller, advirtió que dejar de invertir en proyectos de infraestructura que concluyan más allá del 2024, “no genera una crisis económica” para el próximo gobierno que asumirá el poder en diciembre de ese año. Sin embargo, advirtió que el impacto “sí generará un rezago en infraestructura y por lo tanto se acotará el Producto Interno Bruto potencial de México. (...) Además, del lado del sector privado, también se detendrá por la incertidumbre ante el cambio en las reglas del juego y por la lenta recuperación de la economía”. El Banco de México (Banxico) difundió la encuesta de expectativas de 35 economistas nacionales y extranjeros que esperan un incremento de 5.8% para 2021, 2.8% para 2022, 2.21% para 2023 y 2.26% para el promedio de los próximos 10 años. Estos pronósticos están en línea con lo esperado por los 30 economistas consultados por Citibanamex en su encuesta difundida el martes 6 de julio. Con esas estimaciones, será hasta el 2023 cuando la economía mexicana en el gobierno de López Obrador supere el nivel que recibió del gobierno de Peña Nieto.

Visión política

Para el coordinador del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios (LACEN) de la UNAM, José Ignacio Martínez Cortés, la inversión en infraestructura para 2022, además de los megaproyectos de López Obrador, estará el empuje que hagan los 15 nuevos gobernadores que tomarán el cargo con las elecciones de junio pasado.

Serán obras, detalló, que requerirán de entre dos y tres años para concluirse, pero además la iniciativa del gasto que presentará el gobierno federal en septiembre, “serán muy cuidadosos porque ese presupuesto para 2022 tendrá un impacto económico que se extenderá hasta 2023, con un impacto político social llegará hasta 2024”, añadió Martínez Cortés. El paquete económico para 2022, explicó el catedrático, deberá llevar el sello del economista Rogelio Ramírez de la O, el próximo titular de la Secretaría de Hacienda (SHCP) y amigo de López Obrador. Deberá llevar el efecto para impactar con inversión en las seis entidades donde habrá elecciones para gobernador en 2022 y para las elecciones de dos gobernadores en 2023, donde sobresale la joya de la corona, el estado de México, la segunda mayor economía del país. Para el execonomista en jefe del banco canadiense Scotiabank México, Mario Correa, también actual conductor del canal especializado en Youtube, Economía en Breve, y vicepresidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), “es lamentable. Uno de los problemas que tiene nuestro país es la falta de visión de largo plazo”.

Para ilustrar el desinterés de López Obrador de invertir en infraestructura más allá de su sexenio, Correa comentó que el estadista alemán del siglo XIX, Otto von Bismarck, decía: “los estadistas piensan en las siguientes generaciones; los políticos piensan en las siguientes elecciones”.

“Cuando un país se queda sin pensar en las siguientes generaciones, se va rezagando”, dijo Correa y destacó que lo que distingue los países del primer mundo con aquellos que no lo son es la infraestructura con la que cuentan, como las autopistas de seis carriles por lado de circulación, proyectos que requieren varios años para concretarse porque abarca planeación, fondeo, ejecución de la obra y puesta en marcha.

Según Siller de Banco Base, “al inicio de cada nuevo gobierno (federal) el gasto inicia de manera reducida, afectando más al gasto en infraestructura. Eso podría ser una reducción más” para la recuperación. Así, para el próximo sexenio, la administración de López Obrador será parte de la culpabilidad de los gobiernos del pasado. La menor inversión ralentizará la economía mexicana que debe crecer para absorber más de un millón de personas que entran al mercado laboral cada año.