Sin una explicación de por qué fue vulnerada la ciberseguridad de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y sin permitir que el titular de la dependencia, Luis Cresencio Sandoval, diera la cara para fijar una postura sobre las filtraciones, el presidente Andrés Manuel López Obrador dio hoy “carpetazo” al tema de Guacamaya Leaks y dijo que el asunto no debe “manchar” las mañaneras.
Este miércoles, una reportera le pidió de manera directa al general Sandoval detalles sobre las fallas que hicieron posible el hackeo y abundar sobre la información de inteligencia que vincula a actores políticos —incluidos integrantes del gobierno federal— con el crimen organizado.
Pero López Obrador ni siquiera permitió que el general se levantara de su lugar. Fue el propio Presidente quien respondió y quiso poner punto final al tema.
“Quisieran que les ayudáramos hacer el caldo gordo tratando el tema, que fue un rotundo fracaso”, dijo al mandatario al tratar de minimizar el impacto de las revelaciones. “¿Para qué nos metemos en eso? No, que se apliquen y que busquen otro asunto, ya eso no funcionó”, remarcó López Obrador, al dejar en claro que el tema no se vuelve a tocar en sus conferencias.
Tres semanas de evasivas
La noche del 29 de septiembre una información sacudió a la política mexicana. Un hackeo a los archivos de la Sedena reveló el frágil estado de salud del presidente Andrés Manuel López Obrador.
La primera revelación fue el parte médico del mandatario: “angina inestable de riesgo alto”, hipotiroidismo y gota. Al día siguiente fue él mismo quien confirmó la noticia: sí está enfermo y sí, el grupo conocido como Guacamaya logró burlar la ciberseguridad del Ejército.
Objetivos prioritarios, grupos en la mira, fallas y trabas en las obras de infraestructura, cárteles, entre muchos otros, han sido los temas que se han ido revelando, y aunque ya existe una investigación en la Fiscalía General de la República (FGR), el titular de la dependencia, el general Luis Cresencio Sandoval, no ha dado la cara.
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Ante la gravedad del hackeo, la Cámara de Diputados solicitó un encuentro con el general, y aunque la tendría desde su oficina y a puerta cerrada, más tarde la pospuso hasta nuevo aviso, lo que fue calificado como un “desdén al Poder Legislativo”.
Sin embargo, este miércoles, día en que habría de reunirse en privado con legisladores, acudió a San Lázaro, junto al secretario de Marina, el almirante José Rafael Ojeda, acompañaron a la titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, quien sí compareció.
Hackeo a la Sedena “fue un fracaso”
El tema no es mínimo. Se violó la ciberseguridad de la institución encargada de la seguridad nacional, aunque para el presidente López Obrador parece no importar.
“No le den importancia a eso”, pidió el martes ante la cancelación de la comparecencia del general Sandoval y el miércoles aumentó su protección a la opacidad “no vamos a manchar la mañanera” hablando del tema.
La prensa le cuestionó a Luis Cresencio Sandoval cómo fue que pasó el hackeo, qué se hacía con la información que tenían en su poder y cómo se había actuado después del mismo. El general ni siquiera se inmutó.
Desde su lugar, su única reacción fue tocarse la cara con su mano derecha, sabía que sería el Presidente quien hablaría.
En un claro desvío de la atención, el mandatario llamó a los medios a buscar otro asunto, aplicarse, porque ya no es el “chayote”, sino un periodismo como imperativo ético el que se realiza en el diálogo circular, como se refiere a las mañaneras.
“Entonces, por eso, de vez en cuando vamos a contestar algo así, pero no vamos a manchar la mañanera. Y que se apuren a que, si van a echar a andar un escándalo, pues que tenga sustento”, afirmó el Presidente, con lo que nuevamente minimizaba un tema de gran relevancia y asumía la voz de mando, como cuando dio a conocer que él dio la orden de detener el operativo y libertar a Ovidio Guzmán López en el llamado “Culiacanazo”.
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