Hace dos semanas, el 3 de febrero, un tren que transportaba cloruro de vinilo se descarriló en la localidad de East Palestine, Ohio, Estados Unidos. La noticia pasó desapercibida por los grandes medios de comunicación dentro y fuera de ese país.
La sustancia química que pone en peligro el medioambiente del sitio es usada en la industria de los polímeros y es fundamental para hacer tubos de PvC, cables, embalajes, entre otros; sin embargo, es un compuesto químico es un gas extremadamente tóxico el cual puede provocar enfermedades tales como cáncer de hígado, pulmón y cerebro, además de otros males como linfoma y leucemia.
El incidente, que no es menor, provocó grandes críticas no solo al gobierno de Estados Unidos, sino a los medios de comunicación por la forma en que se cubrió la noticia.
Se creó la sospecha de que la atención que están recibiendo los globos chinos y los OVNIS podrían ser un intento de tapar el accidente ferroviario que ha provocado una gran catástrofe ambiental.
Aunque lo anterior no ha sido probado, los medios de comunicación, casi en su totalidad, cubrieron lo que consideraron lo más interesante por estos días, la supuesta injerencia de posibles naves espaciales. Y es que, Estados Unidos derribó varios objetos que sobrevolaban su espacio aéreo de procedencia desconocida.
Espacio aéreo
En total se habló de cuatro objetos derribos: un globo y tres objetos que no fueron identificados. Aunque el globo tuvo procedencia china y pese a que acusaron de ser espía, Pekín aclaró que la aeronave había despegado de su territorio y que era de naturaleza civil.
Mientras esto se informaba, no se informaban del descarrilamiento que obligó a los residentes de East Palestine a ser evacuados luego de que se supo que las autoridades liberaron y quemaron químicos tóxicos de los restos del tren.
La quema del químico fue una decisión difícil del gobierno estadounidense debido a que era la manera menos mala de deshacerse del peligro.
En contraste, uno de los abogados que demanda a la empresa ferroviaria por el incidente, señala que no se hizo para proteger a la población, sino que esta decisión “fue barata, insegura y más interesada en restaurar el servicio de trenes y apaciguar a los accionistas ferroviarios que en proteger a los residentes locales”.
Catástrofe medioambiental
De acuerdo con algunas declaraciones de los residentes de la zona, recogidas por la BBC, en los últimos días han aparecido miles de peces muertos en los ríos; mientras que medios locales han reportado que la gente se está quejando de que sus gallinas han muerto de manera repentina.
Incluso, reportan que muchas mascotas se han enfermado y la población ha comenzado a sufrir de dolores de cabeza, irritación ocular y fuertes dolores de garganta.
A dos semanas del incidente, no hay una información oficial sobre la causa del descarrilamiento; se han limitado a decir que, posiblemente, pudo haber estado relacionado con un problema mecánico en uno de los ejes de uno de los vagones.
La quema controlada de los químicos generaró una columna de humo kilométrica, que algunos residentes calificaron como apocalíptica, ya que ésta se expandió por toda la zona de East Palestine, de 5 mil habitantes.
Por su parte, la Agencia Medioambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés), que se encarga del monitoreo de la contaminación en la zona, ha instalado puestos de medición de los contaminantes en la localidad.
Afirman que, según los resultados, ninguno de los monitores del aire y del agua ha mostrado datos que pongan en peligro a la población.
Entre tanto, los vecinos de East Palestine han iniciado el trámite para demandar a la compañía de ferrocarriles, argumentando que la Norfolk Southern es responsable de lo sucedido debido al mal estado en que se encontraba la máquina que descarriló.
Por lo pronto, la incertidumbre sobre los efectos para la salud que podría tener la fuga de gases tóxicos crece en Estados Unidos pues la quema supuso liberar fosgeno, un gas altamente tóxico, y cloruro de hidrógeno.
Con información de BBC
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