Como cada año, el 19 de febrero los mexicanos conmemoramos el llamado realizado por el entonces Gobernador de Coahuila, Venustiano Carranza, para tomar las armas en bien del restablecimiento del orden constitucional, ocasión que marcó el inicio de una institución baluarte de nuestra soberanía y de nuestra democracia, como lo es el Ejército Mexicano.
Hace 103 años, militares de todo el país acudieron al llamado del Plan de Guadalupe y emprendieron la lucha armada que desembocaría en la derrota del usurpador Victoriano Huerta y el comienzo de una vida institucional que si bien tendría episodios de gran emergencia, nunca más volvería a quebrantarse y costar la vida de tantos mexicanos.
En esa empresa el pilar fundamental ha sido el Ejército, pues la historia del país ha sido la historia de una milicia empeñada en hacer respetar la decisión popular sobre sus instituciones y sus gobernantes.
La historia del Ejército está ligada, indiscutiblemente, a la historia de México.
El 103 aniversario de esta institución ha sido conmemorado en todo el país, en la mente y en los corazones de millones de mexicanos que constituyen, consolidan y dan espíritu de cuerpo al Ejército mexicano, pero particularmente en el municipio de Mariano Escobedo, Nuevo León, al que acudió el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, para transmitir un mensaje de agradeciendo, confianza y aliento a las y los militares que con su esfuerzo diario, incansable y desinteresado sirven a la Nación mexicana, a toda.
“El uniforme del Ejército es el uniforme de la patria”, bien dijo el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, flanqueado por el pueblo de México que ha decidido portar con orgullo el verde olivo para engrandecer este país y a la institución castrense, pues no hay que olvidar que a diferencia de otros ejércitos, el mexicano se nutre del pueblo.
El Ejército Mexicano tiene claro que su objetivo vital es la preservación de la Patria, semilla sembrada por don Venustiano Carranza aquel 19 de febrero de 1913, cuando se levantó en armas para restablecer el orden constitucional por medio de la creación del ejército que velara por ese objetivo, misión que ha cumplido a pie juntillas y que, sin duda, seguirá haciéndolo en las décadas por venir.
Con una renovada ideología social, el Ejército de todos los mexicanos ha cumplido un año más de vida entregada y comprometida con este país, y lo hace ciñéndose y defendiendo la legalidad.
El mexicano es un Ejército de la legalidad, empeñado en seguir las instrucciones del Comandante Supremo y a acudir el llamado de cualquier autoridad que requiera su apoyo.
De esta forma, el Ejército se yergue orgulloso de su pasado y como pilar en el presente de la salvaguarda de la soberanía y la paz interior, siendo una institución que se ha transformado bajo el liderazgo del General Salvador Cienfuegos Zepeda, quien ha demostrado con hechos que está comprometido con el mejoramiento de la calidad de vida de la tropa, así como en la modernización de las instalaciones militares.
Con la ampliación de becas para realizar estudios en el territorio nacional y en el extranjero, así como la firma de 28 convenios con igual numero de instituciones de Educación Superior, el Ejército demuestra que su compromiso es con la profesionalización y capacitación de todos sus elementos y sus familias.
Entre los retos que el General Secretario ha delineado para la SEDENA en los siguientes meses se encuentra su reestructuración, la transformación a fondo del sistema logístico, así como la modernización de su doctrina militar (pilar trascendental de su actuación), seguir participando él operaciones de mantenimiento de La Paz a nivel internacional y seguir cumpliendo con su misión en la ciberseguridad y ciberdefensa.
No hay duda, el Ejército y Fuerza Aérea se encuentra a la altura de las necesidades de la Nación mexicana y está preparado para hacer frente a lo que vendrá en el futuro. Esa es la visión prospectiva del General Salvador Cienfuegos Zepeda y la prioridad comunicativa del General Marco Antonio Álvarez Reyes.
