A las 19:15 horas aterrizó el vuelo AZA4000 de la aerolínea Alitalia que trasladó al Papa Francisco desde Roma al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), con una breve escala en La Habana, Cuba.
A su arribo, un mariachi entonó el tema “Cielito lindo”, compuesta en 1882 por el mexicano Quirino Mendoza y Cortés.
Tras saludar al Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, y su esposa, Angélica Rivera, el protocolo de bienvenida incluyó a un grupo de cuatro niños con trajes típicos de los estados de Jalisco, Oaxaca, Puebla y Veracruz, quienes obsequiaron a Su Santidad un cofre con tierra mexicana, el cual bendijo.
Minutos después el acto tuvo una interrupción para que celebridades y niños pudieran saludarlo.
Después Francisco se salió del protocolo para dedicarle unos minutos a los asistentes VIP del Hangar de la Presidencia, así como a la docena de mariachis y bendecirlos a todos, no sin antes colocarse un sombrero de charro.
Al dejar atrás la algarabía multitudinaria por la primera visita del Pontífice a tierras mexicanas -con la presentación de la canción “Luz” incluida-, diferentes miembros eclesiásticos de México -el Séquito Papal, al Consejo Permanente y al Consejo de Presidencia del Episcopado Mexicano- así como a integrantes del Gabinete presidencial pudieron saludar a Francisco.
Para el aterrizaje en la terminal dos del AICM se reservó el despegue a 20 aviones así como 15 vuelos para aterrizaje.
Acompañado de los cardenales mexicanos, el sumo pontífice recorrió 19 kilómetros en el Papa Móvil hasta la sede de la Nunciatura Apostólica en donde descansará en la misma habitación que ocupó Juan Pablo II, para mañana comenzar su jornada sabatina en la Ciudad de México.