El reporte a mayo de la balanza comercial del país arrojó un déficit acumulado en 2023 de seis mil 382 millones de dólares. Con cifras desestacionalizadas, en el quinto mes del año el déficit fue de 489 millones de dólares, y aunque fue menor a los tres mil 155 millones de dólares de abril, el saldo ha ligado 15 meses en ese terreno, lo que revela que las empresas están aprovechando el momento de revaluación cambiaria que se ha observado en la moneda mexicana y que deben pagar menos pesos por cada dólar que gastan en mercancías del exterior.
En mayo, las importaciones fueron del orden de los 52 mil 934 millones, un 10.9 % más que un mes previo y de 1.37 % anual.
A pesar de este saldo desfavorable en el comercio internacional, las importaciones y fortaleza del peso están jugando un papel importante en este momento en la economía del país, ya que para algunos economistas son un factor que está funcionando como válvula de escape en la inflación y permite tener un mayor número de opciones en mercancías más baratas en pesos. Sin embargo, su efecto adverso es que puede inhibir el consumo de productos mexicanos iguales o similares por la diferencia de precios, lo que afectaría las cadenas de valor del mercado interno y pone en riesgo a los empleos.
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En el caso de las exportaciones, éstas están mostrando músculo y crecieron de abril a mayo un 14.36 %, mientras que en términos anuales se expandieron un 5.8 %. A pesar del repunte en las ventas al exterior, las empresas exportadoras se están enfrentando a un deterioro en sus ingresos ante la revaluación de la divisa azteca, ya que los sueldos y parte de los insumos y servicios para operar son pagados en moneda local y cada producto que venden, a pesar de seguir valiendo la misma cantidad de dólares en el tiempo, reciben menos pesos y están atadas de manos para incrementar los precios, ya que existe la posibilidad de ser desplazados por productos sustitutos de otros competidores en el mundo.
En mayo, las importaciones y exportaciones crecieron de nueva cuenta mostrando resiliencia ante los efectos monetarios de mayores tasas de interés que la intención es acotar en el consumo y despresurizar los precios, y a pesar de esas medidas, los consumidores continúan demandando más mercancías y servicios, aunque debe mencionarse que a un menor ritmo cada vez, es decir, ya hay signos de desaceleración.
Entre las buenas noticias, el comercio internacional de nuestro país alcanzó un total de 105 mil 794.9 millones de dólares. Es decir, el total de lo que se importó y se exportó, quedando a menos de un 1 % de su máximo histórico, o para ser exactos, a 837.5 millones de dólares, pese a que en el horizonte se observan expectativas nada optimistas para el mundo.
Estados Unidos, el principal cliente de México y que consume más del 80 % de las exportaciones que hace el país, está en un momento de preocupación, ya que los aumentos en las tasas de interés están alimentando las probabilidades de una recesión, lo que traería consecuencias de una caída en la demanda y golpearía las cadenas de valor mexicanas y los empleos que se han sostenido por el comercio internacional.
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