BARCELONA, España.- Al grito de “libertad para los presos políticos” centenares de miles de personas se manifestaron este domingo en Barcelona para protestar contra el encarcelamiento de nueve dirigentes independentistas catalanes, acusados de rebelión. La policía municipal contabilizó “315 mil participantes”, indicó a la AFP una portavoz, cuando ya la compacta multitud se dispersaba sin incidentes, al iniciarse la tarde. Seis meses después de los primeros encarcelamientos, los manifestantes llenaron la gran avenida del Paralel, mientras resonaba el eslógan “queremos que vuelvan a casa”. Ese mensaje iba dirigido a los dirigentes independentistas en detención provisional en la región de Madrid, encausados por “malversación de fondos”, “sedición” o “rebelión” --delito por el que pueden ser condenados hasta a 30 años de prisión-- por su papel en el infructuoso intento de secesión de Cataluña del año pasado. “Como no pueden descabezar al independentismo, como dijo la propia vicepresidenta del gobierno Soraya Sáenz de Santamaría, lo intentan hacer judicialmente”, dijo a AFP Roser Urgelles, una profesora de 59 años. “Necesitan demostrar que hubo violencia pero se la inventan. Continuaremos siendo pacíficos”, añadió la manifestante.
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Lazo amarillo
Como ella, miles de manifestantes lucían un lazo amarillo, un símbolo de solidaridad con los independentistas en prisión. El llamamiento a manifestarse fue lanzado por una plataforma creada en marzo a fin de “defender las instituciones catalanas” y “los derechos y libertades fundamentales”. El hecho de que los dos mayores sindicatos del país, Comisiones Obreras (CCOO) y UGT, secunden la manifestación junto con organizaciones separatistas como la Asamblea Nacional Catalana (ANC) u Òmnium ha provocado roces con aquellos miembros que nunca han querido la independencia de la región. “Ha habido tensiones (entre los afiliados), como en el conjunto de la sociedad catalana”, comentó el sábado a AFP Camil Ros, secretario general de UGT en Cataluña. No obstante, matizó que “no es una manifestación independentista. Nosotros creemos que es el momento de tender puentes; el problema de Cataluña no se tiene que resolver en los juzgados sino con el diálogo y la política”. En segunda fila de la manifestación apareció la alcalde de izquierda de Barcelona, Ada Colau -quien afirma no ser independentista-, a proximidad del presidente independentista del parlamento catalán, Roger Torrent. "¡Puigdemont, presidente!” corearon este domingo los manifestantes, diez días después de la puesta en libertad bajo fianza del expresidente separatista Carles Puigdemont en Alemania. El tribunal competente consideró que el cargo de rebelión que le imputa la justicia española no se justifica. La decisión fue un golpe para la justicia española, y el jueves, fiscales españoles entregaron elementos adicionales a sus homólogos alemanes para acreditar la causa por rebelión y lograr así que Puigdemont sea entregado por este cargo. Aparte de rebelión, el exdirigente está acusado de malversación, en relación con la organización del referéndum del 1 de octubre.
El separatismo, “descabezado”
Los primeros en ser enviados a prisión preventiva, en un penal cerca de Madrid, fueron el expresidente de la ANC Jordi Sánchez y el líder de Òmnium Jordi Cuixart el pasado 16 de octubre. El juez instructor del Tribunal Supremo Pablo Llarena los acusa de emplear “su responsabilidad en ANC y Òmnium para movilizar a cientos de miles de seguidores”, además de impulsar “una masa de fuerza que hiciera frente a la obligación policial de impedir el referéndum ilegal”. “Lo que me entristece es la acusación de violencia, que nunca existió, y a la que siempre me opondré", escribió en diciembre Jordi Sánchez en su cuenta de Twitter. Sánchez, electo diputado regional el 21 de diciembre, ha sido propuesto dos veces como candidato para presidir Cataluña, pero en ambas ocasiones la justicia rechazó su demanda de excarcelación. El pensionista Juan José Cabrero, un ex transportista de 74 años, forma parte de esos dos millones de votantes (un 47,5% de electores catalanes) que en diciembre permitieron a los independentistas renovar su mayoría de escaños en el Parlamento catalán. “Los acusan (a los independentistas) de ser violentos, pero he ido a todas las manifestaciones y no he visto nada de violencia, ni una pizca, sólo he visto violencia de parte de la policía para reprimir el referéndum en mi colegio electoral” el 1 de octubre, añade. Si los independentistas no logran investir un candidato a la presidencia de Cataluña antes del 22 de mayo, habrá una repetición de elecciones, hacia el 15 de julio. En una carta enviada desde prisión, el ex vicepresidente independentista catalán, Oriol Junqueras, llamó a evitar las “gesticulaciones” y las “actitudes maximalistas” que no llevan a ninguna parte. Presentó como “una necesidad” la formación inmediata de un gobierno catalán, para que la región, bajo tutela del gobierno español, recupere sus instituciones autónomas. RB