Liberar archivos del magnicidio JFK pondría en evidencia a López Mateos
Los archivos revelarían detalles de la cooperación mexicana de Estado para con la Inteligencia de EU, en tiempos del PRI
Este jueves se espera se desclasifiquen al menos parte de los archivos inéditos sobre el magnicidio de John F. Kennedy, que fueron sellados, en los que el gobierno del expresidente Adolfo López Mateos quedaría evidenciado, ya que la CIA que entonces dirigía Winston Scott, pidió mantener secretos documentos que podrían perjudicar e incluso derrocar a la administración priista de entonces. El juez federal John R. Tunheim, que entre 1994 y 1998 encabezó un Comité investigador independiente creado por ley para examinar y publicar los documentos oficiales sobre el asesinato del expresidente Kennedy en 1963, reveló a la agencia EFE que en esos archivos México podría tener un papel central. Aunque la liberación de estos archivos queda en manos del presidente Donald Trump. Si mañana no bloquea la publicación de algunos o todos los documentos que no se divulgaron en 1998, saldrán a la luz. A Tunheim le parece que es pertinente.
No creo que esas preocupaciones (expresadas por la CIA hace dos décadas) sean relevantes ya, así que toda esa información debería publicarse ahora”, opinó el juez.
Aunque, el juez no prevé que los archivos hasta ahora ocultos puedan desvelar algún “bombazo”, ya que su Comité permitió publicar “todo lo que pudo encontrar” sobre “el misterioso viaje de Oswald a México”. Sin embargo, si podría desvelar detalles de los vínculos entre el gobierno de López Mateos y el entonces director de la CIA, así como de la colaboración mexicana de Estado para con la Inteligencia estadunidense, en momentos en que la política exterior mexicana se jactaba de hacer un trabajo para preservar la soberanía nacional.
Pero será interesante obtener detalles sobre los métodos de inteligencia que se usaban en los 1960 para tratar de recabar información no solo sobre Lee Harvey Oswald, sino sobre otros”, concluyó el magistrado
Tunheim dijo que el Departamento de Estado de Estados Unidos y la Agencia Central de Inteligencia (CIA) lograron convencer al Comité de no publicar detalles de los acuerdos entre el gobierno de Estados Unidos para compartir inteligencia con México, dado que esa información podría hacer caer al gobierno mexicano priista de ese tiempo o generar cisma al Partido Revolucionario Institucional (PRI), que por más de 70 años mantuvo el poder en el país y que actualmente recuperó y encabeza Enrique Peña Nieto.
Ese fue el argumento que usaron el Departamento de Estado y la CIA para convencernos de no publicar algunos detalles operativos de cómo compartían información de inteligencia con México”, señaló el juez federal en Minesota vía telefónica a la agencia española. Publicar cómo un gobierno extranjero comparte inteligencia con la CIA puede ser controvertido, y creo que eso les preocupaba, porque el partido político que estaba en el poder en México, en los años 1990, era el mismo que había estado en poder en los 1960", año en que fue asesinado JFK.
De acuerdo con algunos informes ya públicos de la Comisión Warren, los acuerdos entre Estados Unidos y México permitieron a la CIA vigilar las embajadas de Cuba y la Unión Soviética en el entonces Distrito Federal, la cuales visitó Lee Harvey Oswald, presunto asesino de Kennedy, durante un viaje seis semanas antes de la homicidio del jefe de la Casa Blanca. En 1998, al Departamento de Estado y la CIA les preocupaba tanto divulgar “cómo se compartía inteligencia” como “el mero hecho de que hubiera acuerdos para trabajar” con la agencia de inteligencia estadunidense, algo que “en algunos países es controvertido”, indicó Tunheim. Quienes cuestionan la versión oficial sobre el asesinato de Kennedy esperan impacientes la decisión de Trump, con la esperanza de que los nuevos documentos puedan arrojar luz sobre el mayor misterio de la historia reciente de Estados Unidos. John F. Kennedy (1917-1963), el trigésimo quinto presidente de Estados Unidos, fue asesinado el viernes 22 de noviembre de 1963, en Dallas, Texas. (FOTO: Brendan Smialowski/AFP) MAAZ/EC