A nivel federal y luego de un año de su entrada en vigor, no hay una sola persona que haya sido liberada bajo la Ley de Amnistía. Es letra muerta, una simulación, esas son las conclusiones a las que llegó el informe presentado por el Observatorio de Amnistías.
Desde su campaña en 2018 y hasta la aprobación de la norma, el presidente Andrés Manuel López Obrador enfatizó que se beneficiaría a presos sin condena, enfermos, adultos mayores e indígenas que no cometieron delitos graves. Pero no se ha liberado a nadie.
El documento “Ley de Amnistía: un año de simulación”, también enfatiza que los mecanismos son opacos. La Comisión de Amnistía sólo ha sesionado tres veces desde su creación y aunque se dijo que la ley fue traducida a lenguas indígenas, no se informó cuáles eran ni qué materiales se hicieron.
Hasta enero de este año se recibieron mil 115 solicitudes de amnistía, 760 de ellas son por delitos contra la salud, 175 por otros ilícitos y 769 son casos que están a la espera de información.
En marzo fue la última vez que se emitió información al respecto, y se indicó que sólo 38 casos ya se encuentran en manos de jueces federales.