Legado y virtudes de Manuel Buendía
Paciencia, olfato noticioso, entender que nada es casual en la vida pública, son algunos de los legados de Manuel Buendía al periodismo
A 37 años del asesinato del periodista Manuel Buendía, y lejos de explorar quién o quiénes perpetraron su asesinato, periodistas que trabajaron de cerca con él hoy se ocupan de diseccionar su labor.
Una de las grandes virtudes de Manuel Buendía – aseguró el periodista Raymundo Riva Palacio – es que creaba vínculos entre noticias que a simple vista no tenían relación alguna.
“Él tenía ese talento innato, que le permitía detectar como si tuviera un radar en la nariz, que algo no estaba del todo bien; y entonces empezaba esa otra parte de su trabajo que era preguntar y algo que mucho de nosotros no tenemos: una paciencia”.
Durante el programa de ForoTv, ‘La hora de opinar’ conducido de manera emergente por el periodista Julio Patán, Riva Palacio aseguró que Buendía era paciente al momento de encontrar los datos que concretara la información que buscaba.
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No buscaba, dijo, que la información madurara, sino que se consolidara y que no hubiera un resquicio para impedir contradicciones.
Para Rafael Cardona, el talento de Manuel Buendía era entender que “el hecho probado de que nada es casual en la vida pública, todas las cosas tienen relación con una que aparente no está directamente relacionada con ella”.
Asimismo, aseguró que la formación de Buendía como periodista no se dio a raíz de su “mítico archivo” que tenía en su oficina, sino del archivo mental y las relaciones personales que establecía.
Miguel Ángel Sánchez Armas agregó que la paciencia que Buendía tenía era más bien “de un cazador”, pues no era un hombre de coyunturas, sino que aguardaba a que cuando “dos más dos no daban cuatro, sino daban cinco es que ahí había algo”.
Entre otras grandes virtudes, dijo Raymundo Riva Palacio, es que lejos de apegarse a las coyunturas, él las creaba.
¿Qué cambió en el periodismo después del asesinato de Buendía?
Raymundo Riva Palacio puntualizó que si bien no fue el primer periodista víctima de lo que hoy se conoce como narcopolítica, sí fue el primer periodista de altura que dedicó columnas a ese hecho.
Su escrito, como se sabe, fue en torno a una denuncia de párrocos del Pacifico en torno a la incursión de narcotraficantes en gobiernos estatales.
Al respecto, Rafael Cardona apuntó que el periodismo en sí no sufrió modificaciones a raíz del asesinato de Buendía, sino que cambió la forma en que los nuevos aspirantes se acercaron a la profesión.
En primera instancia, dijo, se cambió el entender que la profesión llevada a sus últimas consecuencias puede ser un peligro para quien la ejerce; por otro lado, está el demostrarle a los poderes fácticos y reales, que “los periodistas somos una especie inextinguible”. CJG
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