Hace menos de una semana, a los representantes de Mitsubishi ante Exportadora de Sal (ESSA) prácticamente los agarraron con las manos en la masa. Extraña y sigilosamente, un directivo de la empresa japonesa, Shigeru Oda, viajó a las instalaciones de la empresa y se quedó tres días por allí, y aprovechó para platicar con los jefes de distintas áreas con la intención, aseguran, de organizar la subversión contra el director de la salinera Gregorio Cavazos, designado por la secretaria de Economía, Tatiana Clouthier.
¿El tema? Organizar una huelga en ESSA y frenar nuevos clientes. Dicen los muy bien enterados que el asunto se hizo grande, así que corrieron al director adjunto Koji Osuka, quien fue impuesto por Mitsubishi desde 2017 y que está bajo investigación por operaciones presuntamente irregulares.
Desde la Secretaría de Economía le pidieron al representante de Mitsubishi Corporation en México, a don Shigeru que a partir de ahora, cuando viaje a las instalaciones de ESSA, avise previamente, como lo hacen todos, incluyendo las autoridades mexicanas.
El enojo al interior del gobierno sobre lo que hizo el señor Oda es tan grande que no parará en un regaño, pues uno de los involucrados en esa subversión interna a favor de la empresa japonesa es el líder sindical Luis Martín Pérez Murrieta, conocido como El Guaymas, quien demandaba la renuncia de don Gregorio.
La huelga sería detonada cuando doña Tatiana estaba en medio de los encuentros con representantes de Estados Unidos para temas del T-MEC, y poco antes de comparecer ante el Congreso.
El fondo del problema es que la secretaria es la primera que pretende acortar las multimillonarias ganancias de la empresa japonesa, porque los beneficios para el gobierno mexicano y la población de Guerrero Negro son sumamente limitadas.
