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Poco más de 35 millones de pesos fueron asignados en 2016 para echar a andar un Laboratorio de Durabilidad de Estructuras de Concreto; sin embargo, la secretaría que encabeza Gerardo Ruiz Esparza decidió gastar en puertos y costas
En 2016, año previo a la inauguración del Paso Exprés, en Cuernavaca, la Cámara de Diputados aprobó un presupuesto de más de 35 millones de pesos para la creación de un Laboratorio de Durabilidad de Estructuras de Concreto, cuyo objetivo era realizar pruebas controladas de capacidad de carga y de resistencia que guardan los puentes del país, pero la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) decidió gastar ese dinero en otra cosa.
En el documento Consideraciones para la labor legislativa, que acompañó la entrega de los primeros informes individuales de la Cuenta Pública 2016, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) lanza una serie de alertas sobre los rubros donde los diputados deben tener cuidado a la hora de elaborar el Presupuesto de Egresos de la Federación 2018, pues hay evidencia de la mala utilización de los recursos públicos.
Uno de esos focos rojos es el relacionado con la evaluación de las estructuras de concreto para el transporte, como es el caso del Paso Exprés, en la carretera México-Acapulco, en la cual se formó un socavón que el pasado 12 de julio le costó la vida a dos personas, cuyo automóvil cayó en la oquedad. La obra, consistente en ampliar a 10 carriles la vía que comunica a Cuernavaca con Acapulco, fue planeada para realizarse en tres años y fue inaugurada el pasado 5 de abril.
Y es que es a partir de la evaluación de estructuras pueden detectarse las fallas por posibles irregularidades cometidas en la construcción de infraestructura, como al parecer ocurrió en el Paso Exprés, de acuerdo a lo que declaró el pasado 28 de julio el propio titular de la SCT, Gerardo Ruiz Esparza: “se han detectado posibles fallas, anomalías y omisiones de funcionarios públicos y de las empresas del consorcio constructor Aldesa-Epccor. Lo mismo, se ha identificado por parte de las empresas proyectistas gerente del proyecto y supervisora, las cuales, de confirmarse, confrontarán severas responsabilidades”.
A pesar de la importancia de contar con el laboratorio para evaluar estructuras, el dinero se envió a otro rubro, como lo detectó la ASF: “en el Presupuesto 2016 se asignaron recursos al Instituto Mexicano del Transporte (IMT) para desarrollar el proyecto Laboratorio de Durabilidad de Estructuras de Concreto.
“No obstante, en ese año el IMT gestionó ante la secretaría la transferencia de dichos recursos al proyecto ‘Ampliación del edificio para la segunda fase del Laboratorio de Ingeniería de Puertos y Costas’, a fin de atender los requerimientos de la SCT de realizar estudios y diseños de alta calidad tecnológica en los canales de navegación para facilitar la llegada de embarcaciones más grandes y pesadas”.
Esta jugarreta, argumenta el órgano fiscalizador, “limitó la disponibilidad económica del IMT para culminar el proyecto relacionado con estructuras de concreto, por lo que se sugiere que la asignación de los recursos presupuestarios para proyectos de infraestructura multianuales se base en sus avances físicos y financieros y, con ello, lograr que se concluyan de manera oportuna”.
En el país, una de las entidades con más experiencia en el manejo de laboratorios de durabilidad de materiales es el Instituto Mexicano del Cemento y el Concreto (IMCyC), el cual en su página de internet refiere que el análisis del concreto para la construcción de puentes, muelles y carreteras permite “construir estructuras capaces de operar satisfactoriamente durante por lo menos el tiempo previsto en el proyecto, con el mínimo de mantenimiento requerido”.
Las cinco funciones básica de un laboratorio de durabilidad de concreto, según el IMCYC son: evaluación de los riesgos que implican las condiciones de exposición para la durabilidad de las estructuras; calificación de los materiales y productos propuestos para la elaboración del concreto; diseño de las mezclas en función de las propiedades del concreto definidas y especificadas como requisitos de desempeño; control de calidad durante la producción del concreto e inspección y supervisión en el curso de su utilización.
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En la auditoría 337-DE, la ASF establece que el avance físico del proyecto denominado “Construcción del Laboratorio de Durabilidad de Estructuras de Concreto (LabDurEs-IMT) fue de 8% y del proyecto “Construcción de la ampliación del edificio para la segunda fase del Laboratorio de Ingeniería de Puertos y Costas” fue del 59.7%.
En ese año, el Instituto Mexicano del Transporte, mediante la adecuación presupuestaria número 2016- 9-A00-644, destinó los recursos del proyecto de “Laboratorio de Durabilidad de Estructuras de Concreto” al proyecto “Construcción de la ampliación del edificio para la segunda fase del Laboratorio de Ingeniería de Puertos y Costas”, lo que es considerado como una ilegalidad por parte de la ASF.