La lava del volcán de la isla española de La Palma que cae al mar ya ha ganado terreno al agua y formado una lengua de más de diez hectáreas de superficie, informó este jueves el Instituto Vulcanológico de Canarias (Involcan).
La estimación es que ya pasa de las diez hectáreas”, señaló a la AFP el portavoz de Involcan, David Calvo, quien precisó que la institución va a realizar en las próximas horas una medición más exacta con drones.
La colada de lava del volcán Cumbre Vieja, en erupción desde hace once días, llegó finalmente al mar en la noche del martes al miércoles tras recorrer unos seis kilómetros devastando todo a su paso.
Desde ese momento, con el volcán expulsando material sin parar, la cascada de lava no ha dejado de ingresar al océano Atlántico por lo que el delta que se está formando crece constantemente.
“Siguen los ríos de lava descendiendo por el canal de lava hacia el mar (...), estamos en una fase de estabilidad”, detalló David Calvo.
La lava llegó al mar sin producir de momento los efectos que más se temían, como explosiones u oleaje de agua hirviendo, aunque sí se desprenden gases potencialmente tóxicos producto de la reacción del contacto de la lava, a más de mil grados, con el agua salada.
Este jueves “sigue habiendo una columna de gas, similar a lo que ocurría ayer” aunque el viento, que en la jornada anterior ayudó a disipar rápidamente el gas, ha disminuido.
El Cabildo de La Palma, el gobierno local de la isla, mantiene desde el lunes confinados los barrios de Tazacorte, el municipio donde la lava llegó al mar, para evitar posibles afecciones por los gases.
La erupción ha afectado 476 hectáreas aproximadamente” de esta isla que cuenta con una superficie de unas 70.000 hectáreas, y ha destruido “un total de 744 construcciones”, señaló el Cabildo de la Palma en Twitter.
Además, la erupción obligó a 6.000 personas a abandonar sus hogares en esta isla de 85.000 habitantes, en la que también se ha visto afectado de manera importante el cultivo de plátano, su principal actividad económica.