Latinoamérica, la resistencia para prevenir catástrofes sociales
La oposición política, la prensa libre y la transparencia son fundamentales para mitigar los grandes daños humanos y sociales de una pandemia, esta es una lección que en la región se aprende lentamente
Amrtya Sen, Premio Nobel de Ciencias Económicas de 1998, “tiene una de las pocas leyes en ciencias sociales que son casi como una ley física: En las democracias no hay hambrunas” y Rodrigo Salazar-Elena, profesor-investigador y coordinador del Laboratorio de Métodos de Flacso-México, explica que eso no quiere decir que no haya hambre en las democracias.
“Pero no hay hambrunas, esos periodos cortos de tiempo en que muchísima gente se muere de hambre, como el Salto Adelante de Mao”, cuando el Estado asumió el control de la producción alimentaria de toda China y murieron, entre los años 60 y 70 alrededor de 36 millones de personas de hambre.
“La democracia tiene su propio sistema de prevención de catástrofes. ¿Cuál es ese sistema? La prensa independiente y la oposición; gente que está atenta a ver qué errores comete el poder. Lo hacen porque les conviene, porque de eso viven”, continúa Salazar-Elena.
Amartya Sen se basó en la India, su país natal, para hacer sus estudios sobre la economía del bienestar y el estudio de la pobreza, ahí le tocó presenciar la última gran hambruna, la de 1943 en Bengala, justo antes de la independencia del país.
Sen publicó recientemente un texto adaptando su idea original a la actual pandemia de Covid-19. Donde aclara que las elecciones por sí solas en nada benefician sin “una prensa libre y una discusión pública abierta que hacen que la angustia y los peligros que enfrentan los más vulnerables sean sustancialmente conocidos y entendidos por el público en general, desestabilizando la posición de un gobierno que permite que ocurra tal calamidad”.
“El debate libre, con oposición y prensa independientes, literalmente salva vidas”, comenta Salazar-Elena.
A esto habría que añadir que la India tuvo otra amenaza de hambruna en los años 70 debida al desmedido crecimiento poblacional y que, además de la democracia, fue la tecnología de la Revolución Verde gestada en México la que contribuyó a que no murieran millones de hambre.
Aunque toda esta discusión puede parecer una obviedad, ante las experiencias que se han vivido en otros países, en la mayor parte de Latinoamérica, donde la pandemia llegó con un cierto retraso, pareciera que nos rehusamos a entender la lección. Y cada día de atraso cuesta vidas.
El momento de asustarse
En México se liberó hace unos días, de manera no oficial, la base de datos con la información completa sobre los contagiados de Covid-19, incluyendo la de quienes han sido diagnosticados por sus síntomas y no necesariamente por pruebas que no se tenían o no han llegado los resultados.
Una hora después de que, el pasado 13 de abril, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell anunciara que había cinco mil 14 casos confirmados y nueve mil 341 “sospechosos”, apareció la lista indicando que en realidad debe haber alrededor de 30 mil enfermos. Además se aportan los demográficos de los casos: edades, regiones, comorbilidades y si hablan alguna lengua indígena.
Con la posible excepción de Argentina, el manejo de la información sin dar a conocer todos los datos es una constante en América Latina.
La semana pasada, la Asociación Peruana de Periodistas y Comunicadores de la Ciencia (APCiencia) hizo un llamado al gobierno de su país. Se necesita la “información sobre lo que sucede en cada una de las regiones, la edad, el lugar en que fue ingresado cada paciente, información sobre las enfermedades preexistentes. Esto sirve para que la gente sepa a qué atenerse y para que las universidades y otros organismos del estado puedan discutir sobre información completa”, comenta Daniel Meza, presidente de APCiencia.
›Nélida Pohl, presidenta de la Asociación Chilena de Periodistas y Profesionales para la Comunicación de la Ciencia (ACHIPEC), asegura que en Chile sucede lo mismo. De hecho, con los científicos del Instituto de Ecología y Biodiversidad (donde Nélida es la Directora de Comunicaciones) elaboraron hace poco un comunicado de prensa con una modelación para todo el país “y tuvimos que retractarlo justo antes de que se publicara porque cambiaron los datos disponibles y eso cambiaba la modelación por completo y la recomendación país”.
“Las comunidades médica y científica durante todo el mes de marzo y lo que llevamos de abril han criticado fuertemente al gobierno porque la información que ofrecen es inconsistente, incompleta y muchas veces incluso se contradicen entre el ministro de Salud y el Presidente”, apunta el documento.
En Brasil, la diferencia entre lo que dice el ministro de salud cada día en rueda de prensa y lo que hace el presidente Jair Bolsonaro es aún más marcada, pues aún ahora, Bolsonaro sale a la calle y le da la mano a las personas, comenta André Biernath, reportero de la revista Saude y también presidente de la recién constituida Red Brasileña de Periodistas y Comunicadores de Ciencia.
Biernath comenta que el lunes 13 salió un artículo que indica que podría haber 12 veces más casos de lo que dicen los números oficiales, y otro del fin de semana que indica que “de los 15 países con mayor número de casos, Brasil es el que menos pruebas hace... estamos haciendo 296 por cada millón de personas, el segundo país que menos hace es Irán, y hace 2,745 por cada millón de personas”.
Biernath destaca la importancia del control de la epidemia a nivel regional, no federal. Él vive en Sao Paulo, donde hay más muertos, “el epicentro de la crisis en Brasil, también por ser la ciudad más grande”; pero “acá la situación está más coordinada”, el gobernador y su equipo no se contradicen, al menos.
El dato. Brasil tiene más casos confirmados y supera 61 mil respiradores en las zonas más pobladas de un país con 210 millones de habitantes.
Federalización y autonomía, otras herramientas
En el comentario de Amartya Sen no se destaca la importancia de otro elemento de la democracia que está resultando vital en estos momentos: la autonomía de los gobiernos locales.
Esta relevancia se hace notar, sin duda, en el caso extremo de Ecuador. Con una economía dolarizada, sin reservas monetarias ni la posibilidad de capitalizarse si no entran divisas, y con cerca del 60% de las personas en desempleadas o subempleadas, se trató de iniciar temprano con las medidas de contención; pero no se pudo evitar que el Covid-19 dejara, literalmente, muertos en las calles de Guayaquil.
En Quito, la capital, la situación ha sido muy diferente. Tania Orbe, profesora de periodismo en la Universidad Central del Ecuador y miembro correspondiente de la Red Mexicana de Periodistas de Ciencia, comenta que el alcalde Jorge Yunda tomó la iniciativa del confinamiento desde antes que el gobierno federal de Lenín Moreno.
Aunque nunca ejerció, Yunda estudió medicina y “al inicio del confinamiento convocó a la comunidad científica, epidemiólogos, microbiólogos, y han tenido sesiones virtuales para el manejo de la situación con los limitados recursos que hay. Uno de los acuerdos, desde antes de que se diera la situación horrenda de Guayaquil, es que se van a hacer pruebas al personal de salud, militares policías, y esas pruebas se van a hacer en universidades y con estudiantes porque no hay personal suficiente”.
En México hay varios ejemplos similares de buen manejo local en los estados, como Nuevo León en conjunto con el Tec de Monterrey y Jalisco con la Universidad de Guadalajara; pero a nivel de ciudad destaca Cuernavaca, donde el alcalde convocó a la Academia de Ciencias de Morelos (ACM) a mediados de marzo y “en menos de 12 horas” instaló un comité municipal de contingencias con cuatro investigadores como parte integral del comité.
Brenda Valderrama, presidenta de la ACM y parte del comité comenta que además de hacer análisis y proponer políticas públicas, los investigadores tienen un contacto constante con los medios de comunicación locales.
“Lo más importante es que siempre decimos la verdad, aunque cause incomodidad (…) al principio tuvimos una respuesta muy negativa, cuando dijimos que el 80% de la gente se iba a infectar; pero la población se ha ido sensibilizando a que el riesgo es de ese tamaño”, dice Valderrama. Las medidas que se van tomando se explican con sustento de datos y de los modelos prospectivos.
En lo económico, la sociedad se adelanta
Martín Puchet es profesor titular en la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y miembro del grupo ProCiencia, y la semana pasada presentó una carta a diversas instancias de gobierno que ofrecía ayuda de la comunidad científica.
“Hay una inquietud general en el conjunto de los científicos, de los académicos del país de que se les escuche, desde las diferentes áreas de lo que hacemos”.
Por supuesto que ahora los colegas de las ciencias médicas, biomédicas y de psicología “estarían dispuestos a integrarse a los grupos de consulta y de trabajo. También hay que abordar temas de medio ambiente y en las medidas de carácter económico. “Es una emergencia nacional que requiere del talento de todos los que están trabajando y pensando en los problemas del país”.
Puchet destaca que en el aspecto económico todos “estamos ante un problema que nunca habíamos visto, una crisis que afecta a la oferta y a la demandas simultáneamente”.
Y que para enfrentarlo hay que considerar que la economía, como ciencia, no sólo se trata de los números y los hechos, “la economía también trata con los valores con que se juzgan los hechos, con parámetros que no son fácticos, la economía tiene que ver con el comportamiento y con la ética”, dice, “no podemos ser ajenos a los más vulnerables, a los que no tienen agua para lavarse las manos”.
Para Puchet, en este terreno la sociedad puede adelantarse, y lo está haciendo, a las medidas gubernamentales, de la misma manera como mucha gente comenzó a quedarse en casa desde antes de que se solicitara oficialmente. “Llegar a acuerdos entre los pequeños negocios y en relación con los más grandes, es la necesidad de sobrevivencia”.
“La gente intenta resolver los cientos de problemas que surgen, todos, mediante mecanismos de cooperación, de acuerdos, de solidaridad. Así es y así ha sido México siempre”, asegura Puchet, pero tampoco es optimista con respecto al futuro cercano.
“Los días que van a venir no son días para el enfrentamiento desde el punto de vista político y menos del social… pero mi impresión, lamentablemente, es que esto va a empeorar no va a mejorar por los próximos 20 o 30 días. Necesitamos prudencia y acuerdos, acuerdos, acuerdos”, concluye.
La gente intenta resolver los cientos de problemas que surgen, todos, mediante mecanismos de cooperación, de acuerdos, de solidaridad. Así es y así ha sido México siempre
❝La democracia tiene su propio sistema de prevención de catástrofes. ¿Cuál es ese sistema? La prensa independiente y la oposición; gente que está atenta a ver qué errores comete el poder❞. Rodrigo Salazar-Elena Coordinador del Laboratorio de Métodos de Flacso-México.
Asignatura pendiente
En la mayor parte de Latinoamérica, donde la pandemia llegó con un cierto retraso, sus gobernantes han cometido omisiones severas sobre las medidas de cuidado ante la pandemia.
- Indisciplina. El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, es uno de los mandatarios que desoye las medidas de cuidado.
- Capacidad. El virus sorprendió a los sistemas de salud de Latinoamérica sin capacidad para enfrentarlo.
- Sin compás. En Guayaquil se ha visto la peor crisis en el manejo de fallecimientos por Covid-19.
- Alerta. La OMS advirtió las dificultades graves en el suministro mundial de equipos de protección personal.
Fotos: AFP