Incluso para la variante Delta, la eficacia de las vacunas contra la Covid-19 grave es tan alta que las dosis de refuerzo para la población general no son apropiadas en esta etapa de la pandemia.
Así resume en un tuit la revista The Lancet la conclusión de un artículo que publican hoy en el que un grupo internacional de científicos —entre quienes se encuentra Alejandro Cravioto, de la UNAM—, revisó la evidencia disponible hasta la fecha sobre la acción de las vacunas.
Ante el aumento de contagios a nivel mundial debidos a la variante Delta del coronavirus SARS-CoV-2, que se dan aún en poblaciones con altos niveles de vacunación (aunque con manifestaciones leves de la enfermedad), autoridades de salud en estos países se han preguntado si es un buen momento para aplicar dosis de refuerzo o terceras dosis a las personas que ya tienen esquema completo de vacunación.
Sin embargo, los autores, encabezado por Philip Krause, de la Oficina de investigación y Revisión de Vacunas de la Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), explican que “incluso si eventualmente se demostrara que el refuerzo disminuye el riesgo a mediano plazo de la enfermedad grave, los suministros actuales de vacunas podrían salvar más vidas si se usaran en poblaciones no vacunadas previamente que si se usaran como refuerzos en poblaciones vacunadas”.
Recomendación. Las terceras dosis sí se sugieren en personas con problemas de inmunidad.
También señalan que la dosis de refuerzo (que para la mayoría de las vacunas que se están usando sería una tercera dosis) podría ser apropiada para algunas personas en quienes el esquema de vacunación original no haya inducido una protección adecuada; por ejemplo, quienes hayan recibido vacunas con baja eficacia o personas inmunodeprimidas.
El refuerzo podría llegar a ser necesario en la población general, indican, si aparecen variantes del SARS-CoV-2 contra las cuales la vacuna original ya no proteja adecuadamente. Agregan que este es un muy buen momento para prever esta eventualidad, diseñando y probando vacunas contra esas posibles variantes, que muy probablemente serían similares a las que actualmente tienen cierto nivel de evasión de las vacunas (Mu y Beta), algo similar a lo que se hace con las distintas cepas del virus de la influenza.