Tras la erupción del volcán submarino de Tonga, en la Polinesia, dos mujeres murieron ahogadas por las enormes olas que ocasionó pese a encontrarse a más de 10 mil kilómetros, en Perú. Se trata de sólo una de las consecuencias inesperadas que científicos y vulcanólogos han observado tras el evento ocurrido el pasado sábado 15 de enero.
La principal clave que se ha encontrado, es la misma naturaleza submarina de la erupción, lo que lo ha convertido en un “meteotsunami” cuyos efectos se han sentido incluso en México, en donde las autoridades marítimas reportaron un aumento repentino en el nivel del mar que si bien no fue grave, provocó inundaciones costeras en los estados de Colima, Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Baja California, Jalisco y Michoacán.
Entre los países afectados también se encuentra Japón, que reportó olas de hasta un metro de altura en ocho prefecturas y cancelación de vuelos en todo su territorio, mientras que Perú también experimentó un derrame petrolero —que ya fue controlado— debido a la intensidad de las olas.
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Asimismo, la violenta explosión cuyas cenizas y humo alcanzaron una altura de 20 kilómetros prácticamente han borrado a la isla Hunga Tonga-Hunga Ha’apai del mapa. Se trataba de una extensión de tierra entre otras dos islas anteriormente formadas por el volcán submarino Hunga Tonga en 2015. Imágenes del satélite Sentinel 1, de la Agencia Espacial Europea han mostrado que ahora, las dos islas iniciales vuelven a estar solas, toda vez que el espacio donde se generó la explosión estaba formado por roca magmática fragmentada, lo que explica su rápida desaparición.
Además de los tsunamis en lugares al otro lado del globo, reportes indican que la onda de choque viajó a más de mil kilómetros por hora, lo que provocó un salto notable en la presión atmosférica. El sonido generado, según diversas fuentes, fue escuchado en todo el Pacífico e incluso llegó hasta Alaska, que se encuentra a más de 9 mil kilómetros de distancia.
Por el momento, el archipiélago de Tonga se encuentra bajo una gruesa capa de ceniza y sus comunicaciones han sido totalmente cortadas. Si bien miles de personas han sido evacuadas, se desconoce la gravedad de los daños, el número de víctimas y el estado de los suministros de agua y alimentos para los sobrevivientes.
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