Las plantas, al rescate del clima… si las dejamos

26 de Diciembre de 2024

Las plantas, al rescate del clima… si las dejamos

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Contra el cambio climático los remedios basados en la naturaleza son los más prometedores, en particular los que implican la protección, restauración y reforestación de bosques y manglares, pero no cualquier remedio será eficaz

En medio del año más cálido que se haya registrado jamás y a unos días de que empiece en Dubai la Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático número 28 (COP28), ver “que no estamos mitigando el problema, a mí ya me suena a fracaso, y para muchos en la sociedad civil ya les empieza a sonar a simulacro, a que esto no va a funcionar”, advierte Luis Ricardo Fernández Carril, profesor y coordinador de sostenibilidad del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores Monterrey.

Sin embargo, a pesar de que las consecuencias del cambio climático ya llevan unos años sintiéndose y de que en los siguientes años serán más graves, aún hay posibilidades de evitar los peores escenarios posibles que el calentamiento de la Tierra puede traer, y en general los expertos coinciden en que esas posibilidades son las que están basadas en la naturaleza, en particular con las plantas, si es que le ayudamos con la reducción de emisiones.

Ya lo demostró la ciencia… alrededor del 30% de la acción climática global que se requiere puede venir de acciones en las que los manglares, los bosques, los humedales, los pastizales… se adaptan mejor al clima y mitigan y ayudan a reducir esa concentración de gases de efecto invernadero”, señaló Leticia Gutiérrez Lorandi en el Encuentro para la Acción Climática 2023: de la ambición a la implementación, donde fue ponente igual que Fernández Carril.

La vicepresidenta de Conservación Internacional, organización que trabaja en 70 países además de México, agregó que esos hábitats, relevantes por su capacidad de capturar carbono, se deben entender como socio-ecosistemas, para lo cual existe la plataforma de participación de comunidades y pueblos indígenas a nivel global en conservación internacional”.

“Pero esa es la puntita del iceberg, (pues) ese mismo proceso que se busca garantizar a nivel internacional tiene que permear a nivel nacional”, lo cual requiere que se cumpla el Acuerdo de Escazú, que México ratificó el año pasado y que tiene un fuerte énfasis en el fortalecimiento de capacidades basados en sistemas y procesos de conocimiento tradicional.

A fin de lograr estas metas, “está clarísimo que México tiene que, a partir de ayer, detener y revertir la deforestación y la pérdida de biodiversidad antes del 2030”, agrega la experta, para lo cual Conservación Internacional está impulsando que “la ambición de la Convención de Diversidad Biológica se suba del 30% al 50% de la superficie global, tanto terrestre como marina en una condición de conservación efectiva”.

La esperanza en las plantas

En los últimos días, quizá en previsión de la COP28, que iniciará el próximo 30 de noviembre, se han publicado diversas investigaciones que tienen más o menos la misma conclusión: los bosques sanos y diversos tienen un enorme potencial de capturar carbono del aire, siempre y cuando sean reducidas las emisiones.

Una investigación en la que participaron más de doscientos científicos, encabezados por Thomas Crowther del Instituto Federal Suizo de Tecnología de Zurich, y publicada el 13 de noviembre en la revista Nature muestran que una estimación realista del potencial de captura de carbono por los bosques de todo tipo a nivel global es de unas 226 Gigatoneladas (Gt) de carbono.

La estimación es un poco más alta que la publicada hace cuatro años en la revista Science, que calculó que la restauración de los bosques podría capturar más de 200 Gt de carbono, y que esto podría reducir aproximadamente el 30% del exceso de carbono de origen humano; aunque hay quienes aseguraron que la estimación de captura forestal de carbono podría estar siendo sobreestimada por un factor de hasta cuatro o cinco veces.

Aproximadamente el 61% del potencial de captura de las 226 Gigatoneladas de carbono que se calcula en la investigación publicada en Nature, se puede lograr protegiendo los bosques existentes, para que puedan recuperarse hasta la madurez.

El 39% restante se puede alcanzar reconectando paisajes forestales fragmentados mediante la gestión y restauración sostenible de los ecosistemas.

Se puede añadir que es posible que en el futuro, con el cambio climático presente y los mayores niveles de dióxido de carbono, la capacidad de captura de los bosques será aún mayor, según mostró una investigación publicada el 17 de noviembre en la revista Science Advances.

Las plantas capturan el dióxido de carbono presente en la atmósfera al convertirlo por medio de la fotosíntesis en azúcares que utilizan para su crecimiento y metabolismo, y los bosques toman más carbono que los cultivos comestibles.

Sin embargo, no estaba claro cómo responderá la vegetación a los aumentos de dióxido de carbono, temperatura y los cambios en los patrones de lluvias, pero la nueva investigación, que incorpora el conocimiento actual sobre la fisiología de las plantas, proyecta de manera consistente aumentos más fuertes en la absorción a nivel mundial para los próximos años.

Aun así, “simplemente plantar árboles no resolverá todos nuestros problemas. Es absolutamente necesario que reduzcamos las emisiones de todos los sectores”, dice Silvia Caldararu, de la Facultad de Ciencias Naturales de Trinity y coautora del estudio.

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Pero no todas son iguales

Ante el panorama de deforestación que se vive actualmente, es evidente que replantar árboles es vital; sin embargo, la investigación demuestra que esto no se puede hacer así nada más. De hecho, es un problema que los compromisos de restauración de muchos países se centren en el establecimiento de plantaciones de monocultivos.

“Los bosques plantados que tienen diversidad almacenan más carbono que los monocultivos: más del 70%”, dice Emily Warner, investigadora postdoctoral en el Departamento de Biología de la Universidad de Oxford y primera autora del estudio publicado el 9 de noviembre pasado en la revista Frontiers in Forests.

De hecho, el porcentaje en la captura de carbono mejora hasta el 77% si se comparan los bosques mixtos con los monocultivos comerciales, compuestos por especies criadas para tener un rendimiento financiero que sea particularmente alto.

Esta investigación también encontró que los bosques en que se plantaron mezclas de cuatro especies son las que dan el mayor aumento en el almacenamiento de carbono en relación con los monocultivos. De hecho, los bosques que tuvieron tan sólo una especie más que el monocultivo almacenaron hasta un 35% más de carbono. Sin embargo, los bosques compuestos por seis especies no mostraron ninguna ventaja clara frente a los monocultivos.

Epílogo restaurador

“Mi mayor temor es que las corporaciones utilicen indebidamente esta información como excusa para evitar reducir las emisiones de combustibles fósiles”, dice en un comunicado de prensa Thomas Crowther sobre la investigación acerca de la gran capacidad de captura de carbono que tienen los bosques.

›Para el investigador, es necesario redefinir lo que significa la restauración de los ecosistemas. “La restauración no se trata de plantaciones masivas de árboles para compensar las emisiones de carbono. Restauración significa dirigir el flujo de riqueza hacia millones de comunidades locales, poblaciones indígenas y agricultores que promueven la biodiversidad en todo el mundo. Sólo cuando la biodiversidad saludable sea la opción preferida de las comunidades locales obtendremos la captura de carbono a largo plazo como subproducto”.

En México “se detuvo una política nacional y subnacional de pago por resultados para detener la deforestación”, dijo Leticia Gutiérrez Lorandi en el Encuentro para la Acción Climática 2023, organizado por Iniciativa Climática de México, pero es algo que el Gobierno de México “tendría que retomar desde una visión y una política de estado”.

La experta añadió que México lanzó una estrategia de movilización de financiamiento sostenible bajo el liderazgo de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, la cual está haciendo una taxonomía de biodiversidad. “Habrá que ver que esto realmente se aterrice en inversiones que cuadrupliquen el financiamiento”.

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