Mientras los líderes del mundo se reúnen en Glasgow para celebrar la Conferencia de las Partes número 26 sobre cambio climático (COP26), el presidente Andrés Manuel López Obrador decidió quedarse en México para atender los asuntos nacionales. Una evidencia más de su perspectiva sobre la actual crisis ambiental.
A la par de otros países como China, Rusia o Brasil —tres de los mayores emisores de CO2 del mundo—, México es una de las pocas naciones que no es representada en la cumbre por su Jefe de Estado. La ausencia del presidente, sin embargo, no es una novedad, pues tampoco asistió a la COP anterior, celebrada en Madrid en 2019.
En lugar del Presidente, viajó a Inglaterra el canciller Marcelo Ebrard, la secretaría para el Medio Ambiente (Semarnat), María Luisa Albores, y la subsecretaria para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos, Martha Delgado.
La variada comitiva demostró, desde el inicio de la reunión, su desorganización y falta de comunicación interna. El retraso de México en la adhesión al acuerdo global para acabar con la deforestación fue reflejo de ello, aún cuando este es uno de los grandes problemas ambientales en el país. De 2002 a 2020, en México se perdió el 16% de la cobertura arbórea nacional, de acuerdo con la organización Global Forest Watch.
La falta de interés del gobierno mexicano y la ausencia de metas dirigidas explica la reducida y polémica participación de nuestro país en la COP, en dónde las propuestas nacionales resultan poco ambiciosas frente a otras como la de reducir en 30% las emisiones de metano para 2030, además de que son opuestas a la visión interna del actual gobierno.
“En mi lectura, hay una contradicción entre lo que está proponiendo el gobierno federal frente a lo que está proponiendo la Comisión encabezada por la Semarnat en la COP26”, señaló la especialista en políticas ambientales, Alexadra Zenzes.
La Agenda planteada por la Semarnat para Glasgow establece, por ejemplo, la promoción del derecho a un medio ambiente sano, olvidándose de los proyectos y propuestas del Presidente que promueven el robustecimiento de las energías fósiles.
“Si esto fuera cierto no estaríamos apostándole al no cumplimiento de la ley de transición energética o no estaríamos apostando a proyectos como la Refinería de Dos Bocas” criticó Zenzes.
A la par de una ruta precisa, la Agenda de Semarnat también carece de definición. La propuesta de promover acciones basadas en la naturaleza, por ejemplo, no delinea cuáles serán dichas medidas, ni el cuándo y cómo se implementarán. Lo mismo sucede con las políticas con enfoque de género y de derechos humanos, que no establecen las acciones necesarias en este sentido, ni se ubica a las poblaciones a ser atendidas “si van a ser las comunidades vulnerables o a aquellas que hoy ya enfrentan la crisis climática”, estimó la experta.
Lo más preocupante, sin embargo, es la falta de ambición de la delegación mexicana.
Lo que le faltó a México
Para mantener la temperatura mundial por debajo del umbral de 1.5 °C, como propone el
Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC), se necesita reducir de 40 a 50% las actuales emisiones de gases de efecto invernadero. Para ello se requieren de objetivos nacionales más ambiciosos.
En lo que va de esta COP, México ha perdido la oportunidad de establecer y exigir metas más drásticas con respecto a la emisión de contaminantes, principalmente CO2, como ya lo hicieran desde el inicio de la Conferencia países como India o Sudáfrica. Tampoco se ha adherido a la iniciativa global por alcanzar la neutralidad cero de carbono, ni ha actualizado de manera profunda los compromisos que adquirió en París en 2015.
De hecho, en la última actualización de sus Contribuciones Determinadas a nivel Nacional (NDC, por su siglas en inglés), México mantuvo prácticamente los mismos objetivos que hace seis años, una acción calificada hace unos días como insuficiente por el Programa de la Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
Luis Fueyo, excomisionado Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP, 2010-2015), resaltó que en términos ideales México, y en general todos los países, deben incrementar de manera significativa sus NDC para que “realmente se registre un cambio”.
Pero para el cumplimiento de metas más ambiciosas se necesita de un mayor y más justo financiamiento, un compromiso que sí reconoce la Agenda de la Semarnat, pero que falla en establecer cómo y en qué sentido debe implementarse, así como tampoco revela el monto que México destinará a financiar proyectos de este tipo, destacó la maestra Zenzes.
En el Acuerdo de París en 2015 se pactó que las naciones desarrolladas establecerían un Fondo por 100 mil millones de dólares para apoyar a los países en vías de desarrollo a implementar proyectos que ayuden a reducir sus emisiones y alcanzar sus metas. No obstante, los recursos para dicho Fondo no se han alcanzado y aún si se reunieran son insuficientes.
En este sentido, Luis Fueyo reveló que, de acuerdo con cálculos estimados, se requieren al menos 500 mil millones de dólares a nivel internacional para verdaderamente mitigar el calentamiento global. Mientras que desde el plano nacional, México debe incrementar sus recursos a la crisis climática tras la profundización de los recortes presupuestales a la Semarnat, la CONANP y otros organismos en 2019.
Más allá de estas propuestas, México tenía la oportunidad de plantear en la COP otras iniciativas en línea con su agenda climática.
Luis Fueyo resaltó, por ejemplo, políticas de capacity building, es decir, el intercambio de tecnología, la transferencia de conocimiento y de innovación hacia países en desarrollo para que “nadie se quede atrás y la política de cambio climático además sea justa”.
En tanto que Alexandra Zenzes destacó temas de transparencia climática, en específico, que se revelen y comprueben científicamente los sectores que están emitiendo la mayor cantidad de gases de efecto invernadero por país.
Otro pendiente en la agenda climática lo encontró Luis Fueyo en el Objetivo número 12 de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas, el cual plantea modificar los patrones de producción y consumo en favor del medio ambiente.
En el marco de aprobar una nueva Ley de Economía Circular, México podría haber propuesto a la comunidad internacional medidas enfocadas a la producción y consumo circular de los recursos. Una medida que, de acuerdo con Luis Fueyo, es necesaria también para evitar la contaminación de los océanos con plásticos de un sólo uso.
Actualmente, México es el 27° país a nivel mundial que más contamina los océanos con plásticos, de acuerdo con un reporte de la organización ReuseThisBag, por lo que una iniciativa en este sentido hubiera sido pertinente en la cumbre internacional.
“Aunque lo que realmente se necesita es un esfuerzo realmente claro por retirar los residuos plásticos de las costas”, indicó el excomisionado, ya que por el momento no hay una acción nacional dirigida en este sentido.
›A propósito de la Agenda Azul, Alexandra Zenzes destacó la pertinencia de presentar una regulación internacional para reconocer y proteger a los sumideros de carbono marítimos: las ballenas y los grandes cetáceos; que son capaces de absorber hasta 33 toneladas de CO2 en toda su vida. México, un país diverso en estos mamíferos pudo liderar esta iniciativa, pero no está integrada en ningún archivo de la COP.
Otro tema no mencionado por los especialistas y cuya pertinencia habría sido relevante destacar en la Cumbre tiene que ver con la justicia ambiental. En 2020, México se posicionó como el segundo país a nivel mundial con más defensores del clima asesinados, según un reporte de la Organización Global Watch, además de que la impunidad en los delitos cometidos contra el ecosistema prevalece en todo el país.
Bajo este contexto, la delegación mexicana pudo haber planteado una iniciativa mundial encaminada a respetar y salvaguardar la vida y seguridad de los defensores del medio ambiente como ya se delineó en el Acuerdo Escazú, en vigor en México desde 2020. O en todo caso, proponer medidas más drásticas para garantizar la impartición de justicia como fomentar la instauración de tribunales ambientales y la colaboración científica en los organismos jurídicos internacionales y nacionales.
Crímenes contra defensores
De acuerdo al reporte de la Organización Global Watch, México aparece en el segundo lugar de los países en donde más asesinatos se han cometido contra defensores del medio ambiente:
País total
- Colombia 65
- México 30
- Filipinas 29
- Brasil 20
- Honduras 17
- Rep.D. Congo 15
- Guatemala 13
- Nicaragua 12
- Perú 6
- India 4
Ninguna de estas propuestas, sin embargo, saltó a la Agenda de la COP26 destacando la apatía, el desconocimiento y los intereses del actual gobierno. Con ello se está limitando la participación de México en el foro internacional y se compromete el futuro de las actuales y futuras generaciones mexicanas.