Irán y Pakistán están a más de 13 mil kilómetros de distancia de México. Ambos tienen programas de construcción de armas nucleares, y también ambos intentaron utilizar a México para sus armas de destrucción masiva.
Un documento confidencial de la Secretaría de la Defensa Nacional describe dos operaciones que fueron descubiertas y en las que ambos países intentaron ejecutar operaciones, a través de la industria mexicana, para obtener insumos para sus misiles balísticos. Aunque el documento no menciona que se pretendiera cometer un ataque desde nuestro territorio a Estados Unidos, entre las amenazas a la seguridad nacional estadounidense se ubica un ataque iraní a sus intereses o aliados, por lo que es considerado un país hostil.
Si bien el Ejército descarta que México sea blanco del terrorismo internacional y no se han detectado operaciones de grupos terroristas, por primera vez un documento oficial revela cómo sí se considera una amenaza real, que pueden utilizar los grupos radicales internacionales nuestro país como plataforma de ataque y para ello aprovechar la infraestructura que tienen las organizaciones de la delincuencia organizada mexicanos, la existencia de sectores “socialmente vulnerables a la radicalización”, la intensidad de la migración y de comercio, además de “la porosidad fronteriza”.
La vecindad con Estados Unidos ha provocado que la agenda estadounidense se imponga, lo mismo que los acuerdos internacionales respecto a las armas de destrucción masiva, por lo que las oficinas de seguridad mexicanas están obligadas a tener un mapa sobre riesgos y amenazas, lo mismo que un seguimiento de inteligencia y coordinación con agencias de todos los continentes, especialmente las estadounidenses. Este documento es la cartografía de seguridad nacional ante las operaciones de grupos radicales internacionales que utilizan armas nucleares, químicas o biológicas, y se conoce por primera vez y forma parte de los documentos expuestos por #GuacamayaLeaks.
Operaciones tácticaS
Para las autoridades mexicanas es vital estar preparados ante grupos terroristas que están construyendo o utilizando Armas de Destrucción Masiva (ADM), no sólo por el riesgo que representa, pues de no hacerlo México sería considerado un país poco colaborador, al que se le podrían imponer sanciones y eso impactaría directamente en las inversiones comerciales.
El mapa elaborado por el Ejército plantea un seguimiento al sector industrial que utiliza precursores y materiales que pueden utilizarse para las ADM. Así, dan seguimiento a la industria química, a las instalaciones biológicas, a las divisiones que usan material nuclear y radioactivo, y de explosivos; así como el sector aeroespacial.
Y es justo como parte de este seguimiento que fueron descubiertas las operaciones pakistaníes e iraníes.
El documento, “Terrorismo y proliferación de AD, sus impactos en México” describe cómo Pakistán, que cuenta con ojivas nucleares (más de un centenar) y un programa de producción de uranio altamente enriquecido, “pretendía usar a industrias mexicanas para adquirir equipo y tecnología”, pero “acciones de inteligencia permitieron el alertamiento: intercambio de información, visita a la planta nacional, búsqueda y análisis de información”, precisa.
El segundo caso, el de Irán —que desarrolla misiles y realiza pruebas y ataques con ellos—, en el documento se asegura que intentó “vulnerar al sector aeronáutico para fabricación de misiles”. Esto tiene su explicación en que para la construcción de misiles, añade, se utilizan partes del sector aeronáutico y aeroespacial.
“México cuenta con industria especializada para la fabricación y ensamblaje de partes de aeronaves. Diversos factores alertaron la operación: oportunidad de negocio atractiva, giro empresarial desconocido del comprador; cantidad de mercancía sospechosa, etc.”.
Las inspecciones y vigilancia, concluye el documento, continúan con el personal entrenado.
Entre las amenazas a la seguridad nacional estadounidense hay un ataque iraní, por lo que es considerado un país hostil.
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