A diferencia de ocasiones anteriores en que los científicos se tardaban meses en discernir si un evento climático se debía o no al cambio climático, hoy un equipo de climatólogos en China le atribuye en buena medida la actual ola de calor en Europa y Estados Unidos, y agrega que en los próximos años este tipo de fenómenos aumentarán en 30 puntos porcentuales.
El eje de la investigación, que se publicó a fines de la semana pasada en la revista Advances in Atmospheric Sciences, fue la “ola de calor extraordinaria y sin precedentes” que a fines de junio de 2021 duplicó con creces las temperaturas promedio en Estados Unidos y Canadá provocó la muerte de casi mil 500 personas, “una mortandad masiva de criaturas marinas frente a la costa, así como horribles incendios forestales”, señalan los autores del reporte de investigación.
Los climatólogos del Laboratorio Estatal Clave de Oceanografía Tropical, que forma parte de la Academia China de Ciencias, descubrieron que tres patrones de circulación atmosférica coincidieron durante la ola de calor de 2021: el patrón del Pacífico Norte, el patrón del Ártico-Pacífico de Canadá y el patrón de América del Norte.
Los resultados indican que “la ola de calor se originó en el Pacífico Norte y el Ártico” por lo que se conoce como un vórtice polar, que a su vez es generado por la pérdida de hielo, “mientras que el patrón de América del Norte marcó el comienzo de la ola de calor”, dijo el autor principal Chunzai Wang en un comunicado de prensa.
Estos patrones de circulación atmosférica ya habían ocurrido de forma simultánea antes sin desencadenar olas de calor extremo, pero la aportación de Wang y su equipo, utilizando modelos seleccionados, probados y evaluados internacionalmente del Programa Mundial de Investigación del Clima, fue detectar cómo el calentamiento global influyó en los patrones de circulación y en el aumento de temperatura.
Con los mismos modelos, los investigadores encontraron que las olas de calor extremas aumentarían en más de 30% en los próximos años debido, sobre todo, al calentamiento global asociado a resultado de los gases de efecto invernadero, por lo que consideran que la actual ola de calor es producto del mismo fenómeno.
El año pasado fue la ola de calor en Norteamérica; ahora, el 19 de julio fue el día más caluroso jamás registrado en el Reino Unido, a lo que Wang comenta que “si no se toman las medidas apropiadas”, el aumento en el número de las olas de calor extremas “afectará aún más el equilibrio ecológico, así como el desarrollo social y económico sostenible”.
Extremo. Más de 90 millones de personas en Estados Unidos están bajo diversas alertas de calor por las elevadas temperaturas.
