Las marcas de moda más reconocidas del mundo llevan varios años adaptándose a los cambios en el mercado. Las semanas de la moda y los grandes desfiles no parecen ser tan atractivos para las generaciones más jóvenes, quienes con la cantidad de oferta que existe hoy en día y lo fácil que es comprar algo de la misma calidad o con características similares a un precio más bajo, no parecen poner tanta atención.
Algunas como Louis Vuitton han optado por contratar directores más jóvenes, intentado inyectar sangre nueva que se manifieste en sus distintos productos. Pero otras están llevando el lujo a diferentes categorías buscando que sus clientes más leales y con mayor poder adquisitivo encuentren nuevas formas de interactuar con la marca.
La marca Prada por ejemplo abrirá su segunda pasticceria Marshesi 1824 en la ciudad de Londres, buscando tener el mismo éxito que la original ubicada en Milán, uno de los lugares predilectos de los directores, ejecutivos y diseñadores de las grandes marcas que llenan el lugar cada vez que se lleva a cabo la semana de la moda en esa ciudad.
Fendi construirá residencias de lujo dentro del complejo The Palmeraie en Arizona, Estados Unidos. Los 41 departamentos con más de mil metros cuadrados serán diseñados en su totalidad por Marco Costanzi, el arquitecto que diseño las nuevas oficinas centrales de la marca en Roma, la cuales también incluyen 12 departamentos de lujo.
Y no solamente son las de ropa las que están invadiendo el negocio inmobiliario. La marca de automóviles Porsche tiene una torre de departamentos en Miami en donde el dueño del pent-house en el piso 57 puede estacionar su coche ahí mismo, gracias a un elevador exclusivo que llega directo a la puerta del departamento. El pequeño capricho está incluido en el precio de 32.5 millones de dólares para el departamento de 4 pisos y dos albercas. A pocos metros de ahí, Armani está construyendo su propia torre de 60 departamentos buscando capitalizar con esta tendencia.
Esto no significa que estas marcas dejarán de vender ropa o automóviles, simplemente entienden que existes oportunidades en otras categorías y líneas de negocio, en donde sus clientes más leales encuentran nuevas formas para interactuar con la marca en distintos escenarios. Al final, lo que vale es el prestigio y el servicio de primer nivel a la que una persona puede acceder después de pagar esas ridículas cantidades de dinero por una residencia.
Pero el problema sigue siendo el mismo. Las marcas de lujo más tradicionales y famosas se resisten a transparentar sus procesos y por lo tanto, son incapaces de comprobar que su impacto con el medio ambiente no es tan negativo como lo perciben las nuevas generaciones. Algunas veces el tema no parece importarles tanto a estas grandes marcas que gracias a su presencia a nivel mundial siguen generando grandes ingresos año con año, pero no cabe duda que actualmente están luchando contracorriente.
Hoy existen grandes alternativas que operan de manera transparente y apoyan a una nueva industria que está consciente del impacto al medio ambiente y con una visión a futuro. Tal es el caso de luv.it una empresa que trabaja con diseñadores que adoptan prácticas éticas y sustentables para sus negocios y que ofrecen productos de la más alta calidad con una gran oferta. El objetivo de la empresa es precisamente eso, enderezar el camino de la moda apoyando la producción local, sustentable y el pago justo a los trabajadores.
Es importante entender que al final, la responsabilidad es nuestra. Informarnos acerca del origen de las cosas que compramos es el primer gran paso para estar conscientes y controlar el impacto que estas marcas tienen. Lo que sigue es apoyar a una nueva generación de diseñadores y empresarios que estoy seguro muy pronto serán los referentes de la moda, gracias a su honestidad, trabajo duro y transparencia, evidenciando constantemente que trabajan por el bien de la sociedad y el futuro de este planeta.