Las armas de la familia

7 de Noviembre de 2024

Las armas de la familia

sierra de Guerrero

Los sencillos rifles y fusiles de la guerrilla de Lucio Cabañas, en Guerrero, fueron sustituidos por ametralladoras y armas de asalto de largo alcance, capaces de enfrentar a un batallón, ahora usados por la delincuencia organizada

En la sierra de Guerrero la guerra nunca se ha ido, sólo ha cambiado de actores y de armas. Ya no son fusiles usados y rifles de alcance limitado, así como las tácticas de sabotaje que la guerrilla usaba desde los años 60 y durante 30 años; ahora algunos elementos de esa guerrilla se han transformado en aliados de grupos criminales y éstos han cambiado por granadas, lanzacohetes, fusiles, subfusiles y ametralladoras, además de emboscadas contra las fuerzas del Estado.

Desde la guerrilla de Lucio Cabañas, que en una lucha por justicia social enfrentó al Ejército y secuestró al entonces senador Rubén Figueroa, hasta el Ejército Popular Revolucionario (EPR) y el Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI), que utilizaban una estrategia de baja intensidad, utilizaban armas que robaban a los cuerpos de seguridad, que compraban provenientes usadas por las guerrillas centroamericanas, y muy pocas nuevas. Nunca armas tácticas para una escalada militar.

Pero a partir del año 2000, las armas poco a poco fueron cambiando en la sierra de Guerrero. El dinero que comenzó a fluir por el narcomenudeo, el auge de la amapola y años más tarde el crecimiento de laboratorios clandestinos, permitió comprar mejores armas. La aparición de granadas de mano que fueron detonadas fue el primer anuncio. Para 2004 llegaron los lanzacohetes. Entonces todavía eran pocos, pero para después de 2010, la llegada de armas fue mayor. También los personajes que peleaban las batallas cambiaron.

De las demandas de justicia social, el narcotráfico se apoderó de las zonas utilizadas por el EPR o el ERPI. Primero los grupos criminales se enfrentaron con la guerrilla, pero después absorbió a muchos de sus cuadros. Los mandos del ERPI comenzaron a trabajar con la delincuencia, porque había mucho dinero disponible. Ahora, el ERPI está casi desaparecido. Sólo quedan algunas células dispersas que no colaboran con los grupos criminales.

Armas caras

Desde fusiles y pertrechos hasta ametralladoras de amplio poder lucen los sicarios de la Familia Michoacana que el pasado 8 de diciembre sustrajeron a la fuerza del penal de Coyuca de Catalán a un reo de nombre Samuel Ávila Marín, El Vago, quien el domingo por la noche aparecería asesinado sobre la carretera Arcelia-Tlapehuala.

En redes comenzó a circular un video donde esa persona es interrogada por un nutrido grupo de hombres armados, quienes le preguntan su identidad, dónde reside y a qué se dedica.

En el video, el delincuente sometido se observa tranquilo e inclusive asegura que sus captura0s no lo golpearon ni sufrió maltrato alguno. Sin embargo días después apareció muerto, como mensaje para sus enemigos Los Tequileros, y que no fue la Familia Michoacana

responsable de la masacre en ese municipio de Tierra Caliente.

El video, como tantos otros es una forma de propaganda, pero deja ver la capacidad de fuego que debe enfrentar la Guardia Nacional y que después de cuatro años de gobierno, y los despliegues en Guerrero no ha mermado su fuerza y capacidad logística de comunicación y desplazamiento.

Lo sobresaliente del video que se grabó en algún lugar de la sierra es que muestra una treintena de hombres armados con fusiles, carrilleras y equipo de radiocomunicación. Tras la cámara, un hombre interroga a El Vago sobre la autoría de la masacre de San Miguel Totolapan, donde más de 20 personas fueron acribilladas, incluyendo al alcalde Conrado Mendoza.

En el video, los criminales de La Familia muestran un arsenal de un ejército irregular: desde fusiles AK y AR, hasta ametralladoras de probable calibre 50, empotradas en dos camionetas tipo Pick up. Unos ocho hombres más, pecho a tierra, aparecen con fusiles de francotirador soportados por bípodes. Todo es equipo costoso y capaz de enfrentar a un pequeño batallón militar.

También se aprecian fusiles AK-47 y AR-15 con cargadores de bola, que permiten portar 100 cartuchos cada uno, hasta ametralladoras que parecen ser calibre 50, con las capuchas descubiertas y con cinta de municiones. Aunque no se observa con claridad que tipo de ametralladoras son, parecen responder al tipo de la HK-21 de fuego rápido, con capacidad para disparar 600 tiros por minuto.

Los políticos involucrados

En su declaración frente a la cámara, Samuel Ávila Marín, El Vago, asegura que planeó y dirigió el ataque contra los pobladores de San Miguel Totolapan hace unas semanas, por órdenes de Saúl Beltrán Orozco, quien según la versión, proporcionó armas y dinero para la ejecución masiva.

Beltrán Orozco fue alcalde de San Miguel Totolapan (2012-2015) por el PRI, y diputado local el trienio siguiente. Antes de terminar su gestión, el legislador huyó para evitar ser desaforado por sus mismos compañeros acusado de diversos crímenes por parte de la Fiscalía General
del Estado.

Beltrán Orozco era conocido como El Tequilero Mayor por funciona-
rios de esa dependencia que lo acusaban de estar detrás del jefe de esa banda criminal, el extinto Raybel Jacobo de Almonte.