La voz que te rescata al otro lado del teléfono

22 de Diciembre de 2024

La voz que te rescata al otro lado del teléfono

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Son tiempos extraños, sin duda, pero el equipo de 147 personas se afanan para dar soporte a la población que diariamente los contacta: soledad, depresión, violencia e intentos de suicidio son algunas de las problemáticas

Alejandra, Laurel y Gabriela son tres integrantes del Equipo Central del Programa de Atención Psicológica a Distancia ideado por la UNAM para brindar ayuda a la población en tiempos de Covid-19.

Son tiempos extraños, sin duda, pero el equipo de 147 personas se afanan para dar soporte a la población que diariamente los contacta: soledad, depresión, violencia e intentos de suicidio son algunas de las problemáticas que enfrentan desde la desesperación de no poder hacer algo más.

Pero la realidad se impone: siempre pueden hacer algo más, algo que muchos de nosotros olvidamos a menudo: escuchar.

Alejandra tiene en sus expedientes, 300 personas atendidas durante la contingencia, quizá sean más. Cada una demanda una atención promedio de entre 45 y 50 minutos en las que ofrece estrategias de salud mental.

Es una experiencia única. A diferencia de los procesos terapéuticos convencionales, es muy importante detectar todo aquello que no se puede ver a través de la voz de la persona; además es muy gratificante porque nos permite atender a personas que no tienen los recursos económicos, geográficos ni de tiempo para acceder a una atención referente a temas de salud mental”, dice desde su habitación convertida en consultorio por la contingencia.

Gaby, una joven estudiante de psicología, cuenta que a pesar de la distancia, las personas muestran apertura para recibir ayuda. “Es bastante impredecible, me puede llegar un caso con problemas de pareja, depresión o viviendo violencia. Cuando recibo una segunda o tercera llamada es muy satisfactorio saber que sí se están sintiendo mejor. Es satisfactorio cuando un paciente que llama en una segunda ocasión y que dice que se ha sentido mejor”.

Para Laurel,

esta pandemia nos ha ayudado a descubrir si contamos con estas habilidades o bien si necesitamos entrenarlas. La nueva normalidad implica un reto. Implica un cambio a cómo nos ajustamos a los nuevos patrones: “sí ha implicado un desajuste en la mayor parte de la población, estamos creando nuevas herramientas. Hemos tenido que generar espacios para entrenar habilidad”.

El equipo recibe diariamente 150 llamadas o más y cada uno de los integrantes atiende entre cuatro y 10. Al final del día, todos desarrollan sus propias rutinas para evitar que las situaciones los rebasen.