Sinvergüenza con capelo
Pasó de ser un hombre de confianza del Papa Francisco a estar condenado a prisión; hoy, busca participar en el cónclave para definir quién será el nuevo líder en el Vaticano

En los tiempos del populismo y el cinismo cualquier cosa es posible. ¿Si alguien juzgado y condenado por cargos criminales puede ser presidente, por qué un sospechoso de fraude y malversación de fondos, no podría ser cardenal elector, y en una de esas también Papa?
En términos sencillos, que no simplistas, así se explica el caso de Giovanni Angelo Becciu, condenado en 2023 a prisión por defraudar fondos del Estado Vaticano. Antes de la condena hubo una investigación y un juicio completo, no una simple ocurrencia. El personaje era un hombre de todas las confianzas de Jorge Mario Bergoglio, pero cuando se probó que había defraudado el propio papa lo despojó del cargo como asesor y lo puso a disposición de la justicia.
Hoy don Giovanni quiere participar en el cónclave alegando que es cardenal, que es elegible y que su juicio está en apelación en segunda instancia, además de que el Papa nunca tuvo la intención de apartarlo del colegio cardenalicio, según dice él. Desvergonzados hay en todas partes.