Cien días del nuevo gobierno, y lo que sin lugar a dudas se puede decir es que sí existía alternativa a la estrategia de “abrazos, no balazos” delineada e impuesta por Andrés Manuel López Obrador.
Como se esperaba, Omar García Harfuch se ha convertido en el gran operador y el integrante más activo del gabinete de la presidenta Claudia Sheinbaum. Las acciones y los informes diarios en materia de seguridad, con resultados concretos y específicos, así como la atención especial a Sinaloa y su crisis de violencia e inseguridad, son la muestra palpable de que la concepción del problema y la forma de lidiar con él han cambiado de forma radical.
Por supuesto, falta mucho para declarar victoria en la construcción de la paz, pero ni hay brazos cruzados ni tampoco hay discursos triunfalistas, menos aún referencias al pasado para buscar culpables y evadir la responsabilidad. El cambio de estrategia está transformando la percepción, pues, sin ignorar los problemas, hoy ya nadie habla de pasividad del gobierno en el combate a la criminalidad.